Considera excesivo el peso de las CCAA pero rechazaría que no estuvieran presentes

El presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, comparecía en la mañana de este jueves en un desayuno de trabajo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). Por supuesto, el tema encima de la mesa era el de las fusiones de cajas. Especialmente el de la fusión de las cajas de Castilla y León. Aunque no sólo. Aunque no quiso dar detalles, sí señaló que había otros proyectos encima de la mesa.

Su filosofía general es favorable a las fusiones interregionales. Y esas hoy son casi imposibles porque exigen el visto bueno de las dos CCAA. No me imagino que haya ningún consejero dando el visto bueno a que la sede social de su caja se vaya a otra CCAA, apunta Quintás. Así que aunque señala que no dispone de información, apunta que observa con ilusión una eventual reforma legal que permita que este tipo de operaciones tengan que contar con el visto bueno del Ministerio de Economía o del Banco de España. Es lo lógico, señala el presidente de la CECA. Al fin y al cabo la Constitución señala que la ordenación del crédito debe recaer en el Estado. Cuando se trata de operaciones que sobrepasan la comunidad, lo razonable es que sea el Estado quien resuelva.

En todo caso, insiste en que las fusiones no son el bálsamo de Fiebrabrás que todo lo soluciona. Dice que no es enemigo de las fusiones. He participado en siete. Pero sólo es enemigo de que se planteen frívolamente. O dicho de otra manera: sin un estudio de su coste/beneficio. Porque los costes, haberlos, haylos. ¿Y los beneficios? Puede haberlos en términos de diversificación territorial, acceso a nuevos mercados, recorte de costes, etc. Pero insiste: las fusiones pueden ser buenas, malas o irrelevantes. O de otra manera: si unes una mala y una mala, el resultado es una peor. Más claro, agua.

Pero parece que Quintás apuesta por las interregionales. Lo que pasa es que la regulación las hace inviables. Así que mientras tanto, considera que una buena fórmula pueden ser las fusiones virtuales -un camino intermedio- donde se consolidan balances contables y financieros, pero se mantienen los órganos rectores y la adscripción al territorio de cada caja. Supone una cesión de soberanía, pero no cabe duda de que los costos son menores. Este es el camino emprendido por las cajas de Castilla y Léon. ¿Cuál es la opinión del presidente de la CECA? Quintás no sabe. O mejor: no contesta.