La libertad de expresión, de opinión y de prensa e imprenta, es uno de los bienes más preciados de la cultura política occidental y del sistema democrático.
Ante el juicio público contra la editorial del arzobispado de Granada, Nuevo Inicio, lo primero que hay que decir, en esta artificial polémica, es que se ha convertido ya en una historia de caza y captura contra el arzobispo de Granada.
Quien haya leído el libro se dará cuenta de que, más allá de los recursos argumentales de la historia que utiliza la autora, el texto no sostiene ninguna tesis contraria al pensamiento de la Iglesia sobre la dignidad de la mujer, el matrimonio y la familia.
Resulta sorprendente que en un país en el que durante semanas ocupa el primer número de las ventas un texto de pornografía literaria que normaliza relatos de sumisión sexual, un título como éste sea motivo de un escándalo bien montado contra quien disiente de lo políticamente correcto.
La ocasión ha servido para calibrar el valor cívico de políticos, tanto del PSOE como del PP, prestos a amordazar incluso antes de escuchar.
JD Mez Madrid