Los problemas de colaboración entre Policía Nacional y Guardia Civil no son de carácter logístico, sino de orgullo de cuerpo. Ninguno desea compartir sus archivos. Recelan del "otro". Tanto, que han establecido "cortafuegos" que impidan la entrada del otro cuerpo en su almacenamiento de datos.

 

Más allá de los problemas de técnicos para integrar ambos almacenes, la dificultad que frena la colaboración es la falta de voluntad. Un problema al que Alonso no ha sabido meter mano tras anunciar el organismo de coordinación conjunta en que participarían Policía Nacional y Guardia Civil, y colaboraría el CNI. La Presidencia sería rotatoria cada dos años, pero empezaría la Policía Nacional. Y el instituto armado no está por la labor. Todo por la patria y la seguridad de sus ciudadanos...