Ofrece a los chilenos el mínimo de dignidad desde la cuna hasta la tumba
Los trapecistas expresan su talento en el aire, despliegan su capacidad de espectáculo, pero cuentan con una red. Sin embargo, contar con una red no quiere decir que quieran caer en ella. Y si en algún momento caen, regresan rápidamente al trapecio para continuar con el espectáculo. Este es el modelo laboral que pretende el líder de Coalición para el Cambio en Chile, Sebastián Piñera.
Debe haber una red de seguridades de lo que califica como mínimo compatible con la dignidad. Incluso cree factible solventar la extrema pobreza en tan sólo un año. En Bolivia es muy complejo y en Haiti es imposible; en Chile está al alcance de la mano. Sin embargo, las seguridades deben ser el piso, el suelo. Un mínimo de dignidad desde la cuna hasta la tumba. Y aquí reconoce que el ejecutivo Bachelet ha tenido avances importantes.
No ha habido avances sin embargo en el techo. El techo debe ser el cielo; debemos construir un Chile de oportunidades para trabajar, emprender, formarse, autosustentarse. Así que la visión de los subsidios es muy diferente entre socialdemócratas y liberales. Los primeros lo ven como una conquista social; los segundos, como una necesidad. Ellos se alegran cada vez que alguno cae en la red; nosotros nos alegramos cada vez que uno sale, señalaba este martes por la tarde en FAES.
Así que su receta es: seguridades, oportunidades y valores. A saber: valor de la vida, la familia, el respeto al medio ambiente, el mérito y el esfuerzo. ¿Cómo encaja su defensa del derecho a la vida con su voluntad de implantar la abortista PDD tras el fallo del Constitucional que impide la dispensa pública o privada de la píldora por ser incompatible con la constitucional defensa de la vida? Y además, recuperar el prestigio de la política para evitar el divorcio con la ciudadanía. Y por último, transparencia. No hay mejor policía que el alumbrado público.