Sr. Director:
Ocurrió en Estados Unidos y lo cuenta el digital Religión en libertad (13-4-2013): "los bebés nacieron viables y Gosnell los mató tras clavarles las tijeras en sus médulas espinales. Él enseñó a su personal para que hicieran lo mismo".
Por el Holocausto del aborto, en diversas ciudades de España se celebran Vigilias por la Vida con ocasión de la Fiesta de la Anunciación del Señor, y se llenan las catedrales de fieles que claman al Cielo contra el aborto.
"Crimen nefando", llama el Concilio Vaticano II al aborto. En toda ciudad, en todo pueblo en donde haya cristianos, debe haber, al menos, una "Vigilia anual de Oración por la Vida y de Expiación por el pecado del aborto". En el templo más emblemático, y si es ciudad, en la catedral. En Madrid se celebra anualmente sin interrupción en la Almudena en la Fiesta de la Anunciación del Señor, desde 1998. En Valladolid se intentó en la misma fecha; pero no pudo realizarse hasta 1999. En Palencia se comenzó en 2007, siendo obispo de esa ciudad castellana, monseñor Munilla.
En Zamora comenzaron en 2010. Estas Vigilias terminan con el emotivo ritual de la "bendición a las madres embarazadas". En 2011 Benedicto XVI pidió la Vigilia por la vida naciente en todo el orbe católico, para realizarla el sábado anterior al primer domingo de Adviento, y se hizo en muchísimos pueblos y ciudades de todo el mundo.
No debe dejarse mientras la cultura de la muerte esté en pie. El Holocausto del aborto sólo puede compararse al Holocausto nazi, al que supera, con mucho, en el número de víctimas y en la maldad intrínseca del mismo por ser la madre la que conduce a su propio hijo al banco del suplicio y exterminio, el abortorio.
Ningún obispo ni sacerdote, ningún laico cristiano debe relajarse mientras en su ciudad o pueblo no se celebre la "Vigilia de Oración por la Vida" todos los años. Como nos dice Juan Pablo II en su Encíclica Evangelium Vitae, "es urgente una gran oración por la vida que abarque al mundo entero, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual", y nos recuerda estas palabras del Evangelio: "hay demonios que sólo salen con oración y ayuno".
Es necesario y urgente rezar, porque la oración es la fuerza de Dios, y "si Dios no construye la casa, en vano trabajan los albañiles" (palabra de Dios). Hay que ayudar, también, a las madres y luchar en otros campos (con armas de paz); pero apoyados en la oración. Como dice la Fundadora en Madrid de la Asociación Evangelium Vitae, doña Margarita Fraga Iribarne: "todos son necesarios -en referencia a los movimientos y asociaciones defensa de la vida- pero sólo Dios es imprescindible".
Josefa Romo