El histórico presidente de la petrolera marca el camino a seguir ‘motu proprio' y contrasta con las pensiones que acumulan el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz (68 millones de euros) o el presidente del BBVA, Francisco González, con 61 millones de euros a 31 de diciembre del pasado año. Asimismo, la opción de Pérez de Bricio contrasta con los 64 millones y 110 millones de euros que cobraron José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui. Además, en la Asamblea de Confemetal, Pérez de Bricio formuló una dura crítica al Gobierno ZP por no haber aprovechado los tiempos de bonanza
Podía predicar con el ejemplo de la austeridad y exigir sacrificios a su plantilla, pero no lo hizo. En 10 años de Presidencia de la petrolera CEPSA, Carlos Pérez de Bricio, no formuló ni un sólo expediente de regulación de Empleo. Estaba muy orgulloso de haber hecho crecer la plantilla y de abrir nuevas vías de negocio. Lo suyo era aumentar los ingresos, no reducir los gastos, que es lo fácil.
De Bricio, además, tenía la dificultad añadida de tener que mediar en el enfrentamiento permanente entre los franceses de Total y el Banco Santander. Se va sin que la entidad de Emilio Botín haya conseguido vender su participación, superior al 30%.
Y la austeridad como divisa le ha llevado hasta el final: no ha reclamado ni un ero de jubilación. Se va sin pensión, y cobrará la que le corresponda de la Seguridad Social y de su fondo de pensiones particular, si lo tuviera. Cepsa le permitirá mantener durante un tiempo el coche y una secretaria.
La jubilación de Pérez de Bricio sigue los ejemplos de ex presidente del Banco Popular, Luis Valls y de lo marcado en Telefónica, donde el equipo de dirección no tiene pensión –aunque sí blindaje-.
Con la fuerza de los hechos, Pérez de Bricio ha puesto el dedo en la llaga sobre la retribución de los directivos de las grandes empresas. El ‘0' euros de Pérez de Bricio contrasta con los 68 millones de pensión del consejero delegado de Santander, Alfredo Sáenz, o los 61 millones del presidente del BBVA, Francisco González, por no hablar, que ya han pasado años, de las pensiones del ex presidente del SCH, José María Amusátegui, que se fue con 44 millones de euros a casa (además de las pensiones de Fenosa) y el récord total conseguido por su consejero delegado, Ángel Corcóstegui, que cobró una pensión de 110 millones de euros.
El Gobierno y su Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se niegan a regular que las retribuciones de los directivos y consejeros deban ser aprobadas por los propietarios, los accionistas. En Alemania, por contra, la canciller Merkel prepara una ley que va mucha más allá: simplemente impone límite a los salarios y demás privanzas, tanto de consejeros como de ejecutivos de las grandes compañías, un verdadero escándalo social en todo Occidente.
No sólo eso, Pérez de Bricio se macha a su casa con una crítica dura a la política económica del Gobierno ZP, al que acusa de no haber aprovechado los año de bonanzas para realizar las reformas pendientes, y de no reconocer lo que estamos viviendo: una crisis de grandes proporciones.