Al presidente del BBVA, allá en La Coruña de su juventud, le llamaban "Paco el argentino", por su querencia a cortejar a las jovencitas de la zona con un tango (al parecer, no cantaba del todo mal, el muchacho), disfrazado con unos muy visibles y llamativos fulares.

Ahora, FG, al que su apodo no agrada, porque lo único que le gusta de la Argentina en particular y de Iberoamérica en general es el tango, afronta su primer ejercicio como presidente único del BBVA. Se ha empeñado FG en hacer públicos sus resultados un día después que su gran competidor, Emilio Botín. Ahora ya hay cuentas opacas de Neguri: ahora el BBVA tiene que demostrar que, en un año difícil sabe mantener márgenes.

Y echarle toda la culpa a Argentina no es propio de un amante del tango.