El cardenal Ortega evita hablar de exigencias al castrismo

 

El lenguaje de la Iglesia cubana es bastante light. El cardenal Ortega estuvo recientemente reunido con Raúl Castro durante 4 horas. A la salida ofreció una rueda de prensa donde informó de su petición para que flexibilizaran la situación de los presos políticos. Preguntado por los periodistas parecía como tener alergia a hablar de presos políticos o de conciencia. Prefería hablar de "esos". También se resistía a plantear la palabra "exigencia" o clemencia, sino más bien, petición de flexibilización de la situación de los presos.
Las gestiones han dado resultados positivos. Pero claramente insuficientes. Además, el cardenal insiste en hablar de la Iglesia de Cuba no de la Iglesia en Cuba. Por supuesto, se trata de evitar injerencias internacionales, pero podría dar pie a la existencia de una iglesia nacional.
En este ambiente no resulta chocante que el presidente del Movimiento Cristiano de Liberación, Owaldo Payá, no haya sido invitado a semana social organizada por la Iglesia cubana para esta semana. Y es que Payá habla directo y con franqueza. Y parece que el cardenal Ortega ha optado por un lenguaje críptico, quizás algo eficaz, pero sin duda muy poco exigente, deficitario de transparencia y ausente de radicalidad evangélica.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com