El Ejecutivo Zapatero se ha puesto serio (o ha hecho como si se pusiera serio) para forzar a las autonomías a cumplir el pacto de austeridad. Rubalcaba lo expresaba en una sola frase: "Objetivo irrenunciable, diálogo abierto". El vicepresidente primero indicaba así que el objetivo del déficit debe conseguirse sí o sí, aunque no quiso "perjudicar el diálogo". Rubalcaba pidió además que no se juegue con el déficit: "Al final estas cosas tienen sus repercusiones".
Claro que no es necesario llegar a las manos. Bastaría con advertir a las comunidades autónomas que no se aprobará más deuda pública, el verdadero coladero para ofrecer unas cifras de déficit moderadas mientras las Comunidades Autónomas se ahogan en una deuda continuamente rebajada por las agencias de calificación. Suma y sigue.
Rodrigo Martín
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