No lograban elegir quién sería esa persona, pero entonces la mujer, con voz firme, anunció que se ofrecía voluntariamente para soltarse de la cuerda. Después de todo, dijo, estaba acostumbrada a relegar sus propios intereses, ya que:
Como madre siempre daba prioridad a sus hijos
Como esposa anteponía los intereses de su marido a los propios
Como hija se doblegaba ante su padre
Como profesional aguantaba que sus jefes obtuvieran el crédito por sus logros
Como novia estaba acostumbrada a hacer siempre lo que él quería
Como hermana cocinaba y limpiaba para sus hermanos
Por eso, como mujer, dijo alzando la mirada hacia el infinito y poniéndose una mano sobre su corazón, su misión en la vida era sacrificarse por los demás, sin esperar nunca nada a cambio.
Eufóricos de emoción y orgullo, los hombres rompieron en aplausosy se cayeronlos muy tontos
Moraleja para los hombres: Nunca se fíen de la abnegación de la mujer, es noble pero no idiota.