Sr. Director:
Estimados en Cristo:   Esta semana la meditación de un cristiano de a pie se convierte en el eco de los gritos desgarrados de hermanos nuestros que, por querer vivir su fe libremente, arriesgan y, a menudo, pierden la vida.

 

Hay que orar por los que lo sufren y padecen y por los que provocan las situaciones; pero también de forma muy concreta, por los que nada hacen por detener los hechos y miran para otro lado, sean religiosos integristas o mandatarios de gobierno.

¡Ánimo! La oración por todo el orbe logrará su objetivo. ¡Vamos a por él, con nuestras mejores bazas:

- Fe en el poder de la oración.

- Esperanza, en su efecto.

- Caridad: Orando con amor, y no con odio.

Emilio Piñero