Rechaza la política diplomática de España establecida en 2004
Mañana se produce una visita de un canciller de un Gobierno no democrático. Con respeto, pero con firmeza, que deje de utilizar al Gobierno de España como truculento cómplice del anacronismo que supone la dictadura cubana. Creo que la mayoría de los ciudadanos de este país no comparte esta estrategia y critica de forma clara ese error profundo que en el 2004 puso en marcha la diplomacia española. Así se expresaba este domingo el secretario de Internacional del PP, Jorge Moragas, en relación a la visita de este lunes del canciller cubano, Pérez Roque.
Unas declaraciones que son consideradas flojas por parte de la oposición democrática al castrismo. El preso político exiliado a España, Omar Pernea, señala más abiertamente que con esta visita el castrismo se ríe de los españoles, de los europeos y del pueblo cubano.
El perfil bajo se entiende menos si ubicamos las palabras de Moragas en su contexto. El secretario de Internacional del PP realizaba estas declaraciones en el trascurso de la fiesta que el PP había montado para la disidencia democrática cubana en la sede del PP con ocasión del Día de la Hispanidad. El ambiente era propicio. Pero por razones que la disidencia no entiende, Moragas no quiso apretar el acelerador.