Está muy dolido don Jesús (don Jesús, en España, sólo hay uno en España: Jesús Polanco). Resulta que la perfidia judicial, es decir, los jueces del Consejo General del Poder Judicial casi le dan un disgusto. Si nuestro nunca bien loado editor no llega a intervenir, los muy abyectos estaban dispuestos a nombrar al aragonés José Enrique Mora su representante en la Comisión de Reproducción Asistida, que tendrá que decidir, entre otras cosas, qué hacer con los 40.000 embriones humanos congelados que existen en las clínicas españoles de fecundación in vitro (FIV).

Pues verán, el tal Mora es un gran juez sí, todo el mundo reconoce su trabajo y su capacidad, pero los sesudos investigadores de don Jesús, han husmeado y han descubierto realidades espeluznantes. De entrada, y con esa expresión de no haber roto un plato en su vida, el susodicho es afín al Opus. Este dato debería bastar para saber de qué clase de tipejo estamos hablando, pero resulta que hay más. Tiene once hijos (yo creía que tenía nueve, pero en fin, de nueve a once, sólo son dos vidas humanas), agravado por el hecho de haberlos tenido con la misma mujer, cuando todo el mundo sabe que en la variedad está el gusto. Y por si fuera poco pecado, el miserable togado forma parte de la Asociación Española de Ética y Bioéticas Médica (AEBI), que defiende posturas tan cavernícolas e inenarrables como la siguiente: la fecundación asistida sólo puede ser admitida si se inserta en la madre un óvulo fecundado y no tres, cuatro o cinco. (Y es muy cierto la queja de los chicos de don Jesús: AEBI se equivoca: no hay que reducir a uno el número de óvulos implantados: simplemente hay que prohibir la FIV).

Pero lo mejor viene ahora, El País, o sea, los chicos de don Jesús, publican las declaraciones de un miembro del Consejo General del Poder Judicial, del que naturalmente no se dice el nombre -no es cobardía amparada en el anonimato, sino una mera precaución, a fin de que los fascistas no le fusilen- en la que se nos recuerda que una postura como de la Mora "está claramente en contra de la objetividad que el representante del Consejo del Poder Judicial debe mantener en la Comisión de Reproducción Humana Asistida" (Es decir, que si estás a favor del troceo de embriones eres objetivo, pero si estás a favor de la vida entonces no tienes ningún derecho a participar en ninguna comisión: Do you understand?).

Hablamos de la misma Comisión en la que han participado miembros de la Clínica barcelonesa Dexeus, el mayor congeladero de seres humanos de España. Y es muy cierto que ellos no tienen intereses ideológicos que mermen la objetividad exigible a un representante del CGPJ en la CNRA: ellos sólo tienen intereses mercantiles. Pero  ideológicos, ni uno. De hecho, no se les conocen muchas ideas.

Y claro, eso no puede ser: le vamos a dar un disgusto a don Jesús. Y su viejo corazón no puede resistir tantas emociones. Finalmente se paró el golpe, porque los representante del CJPG nombrados por el Partido Popular son centristas, y conjuraron a tiempo el peligro reaccionario.

Coñas parte, conozco a José Enrique Mora, un tipo de cuerpo entero con la cabeza fría y comprometido con su tiempo, es decir, con un tiempo en el que lo más urgente es defender a la persona. Y encima, no pueden acusarle de "conservador en lo social", porque deja muy a la izquierda a don Jesús Polanco. Bueno, hay que reconocer que este punto no resulta especialmente complejo. El miembro (conservador y opusino, "of course") del CGPJ, José María Requero, amenaza con dimitir tras ser rechazada la opción de Mora, en beneficio del centro reformista José María Bento. Esto ya sería para nota, que alguien dimitiera por coherencia ideológica en defensa de la vida: lo nunca visto en el aznarismo, muchachos. 

En cualquier caso, levanto mi copa por Mora y Requero, dos toreros para España.

Eulogio López