Sr. Director:
Mi felicitación al Parlamento vasco por eliminar las multas lingüísticas que aprobó el PNV cuando gobernaba.

 

Ahora en el País Vasco los comerciantes tienen total libertad para utilizar en sus comercios la lengua que quieran, sin temor a ser sancionados. Por el contrario, en Cataluña la maquinaria coactiva de las sanciones lingüísticas sigue en pie. 

Esto de multar a las personas en función de la lengua que utilizan en el rótulo de su tienda es algo lamentable, propio de un nacionalismo exagerado y radical, contrario a la libertad. 

Montilla debería eliminar las imposiciones lingüísticas y permitir que los ciudadanos utilicen libremente la lengua que quieran, siguiendo el acertado ejemplo de sus compañeros socialistas vascos.

Raquel C. Cañellas