Si a un padre le dicen que a sus hijos les van a enseñar a copular como leones, a ser promiscuos o a acostarse sin mirar con quien, se asusta. Si lo que le cuelan es que se trata de educación afectivo-sexual, la cosa suena más romántica y tolera.
Por eso, bajo el título Educar para el amor y no para el condón, la revista Misión revela a través de los testimonios de una veintena de expertos las estrategias de las Instituciones Públicas y de ciertos grupos para promover y alentar la promiscuidad.
A través de la Ley del Aborto, respaldados por tórridos documentos de la UNESCO y mediante charlas de lobbies gays en las aulas, los alumnos se ven abocados a sustituir la educación para el amor, por una educación para el condón.
Frente a iniciativas como la de la Junta de Extremadura y sus talleres de masturbación, los expertos consultados por Misión proponen una educación realmente integral, puesto que la actual tiene mucho de sexual y muy poco o nada de afectivo.