Sr. Director:
Soy uno más de los millones de españoles católicos a los que Vd. aludió en su discurso a las Juventudes socialistas, que estamos dispuestos a anteponer nuestra fe cristiana a todas las leyes injustas emanadas del Parlamento de la nación, por mucho que usted y su partido, se empeñe en imponérnoslas.
Juzgamos injustas e inicuas las leyes vigentes del aborto, del divorcio expréss, de los gaymonios, de la manipulación de embriones, y las que pretende dar sobre la eutanasia y sobre la EpC . Fundamentamos nuestra postura en los referentes inamovibles de la revelación divina, de la naturaleza, de la propia conciencia, en la enseñanza de la Iglesia y el ejemplo de millones de cristianos, que nos han precedido, dando la vida por su fe.
Rechazamos las imposiciones arbitrarias del Estado laicista, basadas en el relativismo, en ideologías partidistas, en el subjetivismo y en la influencia masónica.
En vano va a luchar contra el derecho prioritario de los padres en escoger la educación que quieran para sus hijos, frente a la imposición anticonstitucional del Gobierno y del estado que no puede ni debe legislar sobre la vida privada de los ciudadanos.
No olvide que la Iglesia y los que la formamos, nunca iremos contra las leyes justas; pero sí contra las que agraden los derechos fundamentales de las familias y la fe de las conciencias.
Miguel Rivilla San Martín
miriv@arrakis.es