Otra brillantez de Noticias Globales. Veamos, la progresía comenzó utilizando, allá por los años sesenta y setenta del pasado siglo, la "Bomba demográfica", a modo de hombre del saco: este planeta no da para alimentar a tantos, ergo, se impone el control demográfico, es decir, la píldora anti-baby. Para mí que debió de ser algún fabricante de anticonceptivos, además de Naciones Unidas, claro está, sede del Nuevo Orden Mundial (NOM), quien financió la darwiniana campaña.

En los ochenta y noventa se demostró la gran mentira donde se sustentaba la presunta tragedia: este planeta da para alimentar a 1.000 humanidades, y buena prueba de ello es que, por vez primera en la historia económica de la humanidad, lo que sufrimos es una crisis de sobreproducción: no sabemos qué hacer con los alimentos que nos sobran.

Ahora, la progresía ataca con la coña del cambio climático, utilizado, al igual que la bomba demográfica, como un instrumento perverso contra la humanidad: para matarla y para amargarla. Y ojo, que hay una tercera estafa en movimiento: la de la necesidad, imperiosa, ineludible, de masacrar embriones humanos perdón, células embrionarias- para curar enfermedades y cobrar subvenciones. El nuevo ministro de Sanidad, Bernat Soria, es una especialista en la materia. La estafa consiste en que no se achurado a nadie con la utilización de seres humanos como cobayas de laboratorio. Ni una gripe. Dentro de unos años, se habrá pasado la furia por el cambio climático y la utilización de células madre adultas –las que sí han curado a muchos sin matar a nadie- estará plenamente aceptada por la sociedad, que terminará con la masacre de embriones.

Eulogio López