Esto de ser asistente-secretario de los líderes políticos da mucho de sí. Mismamente, reparen en Alejandro Agag, lo que ha subido este chico, que ahora se codea con lo mejor de lo mejor. Pues Zapatero no se va a quedar atrás. Su secretario asistente, de nombre Óscar López, se convertirá en el número uno de la lista del PSOE por Segovia, con el encargo, además, de controlar el partido en Castilla-León (que en algún lugar de la geografía socialista tiene derecho a mandar, el hombre). Hasta ahí nada que objetar, salvo la consabida patada hacia arriba de un hombre de confianza para que le pague un sueldo el Estado. No, lo que realmente cabrea a los diputados socialistas es que la cabeza de lista por Segovia era María Teresa Fernández de la Vega, quien fuera secretaria de Estado de Justicia con Felipe González y una de los peores enemigos que cualquiera puede desear le pongan delante. Hasta ahora, Fernández de la Vega era la número dos de Jesús Caldera, portavoz parlamentario del PSOE. Por eso, no se le ha visto mucho, dado que Caldera tiende a ocupar todo el espacio mediático posible. Como quien dice, toda la pantalla.
Ante las próximas elecciones generales del 14-M, para Fernández de la Vega se reserva un puesto discreto en la lista por Madrid. En resumen, que seguirá siendo diputada, pero sin mando en plaza, una forma de decirle que su trabajo en el grupo parlamentario no ha sido especialmente valorado. Así que sus compañeros andan preocupados, y acusan a Caldera de no defenderles ante el jefe. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...
El ascenso de Óscar López vuelve a poner sobre el tapete la teoría de la cercanía física al poder. Nada como estar lo más cerca del líder. De ahí el enorme poder de las secretarias.