Yo es que no salgo de mi asombro. ¿Se acuerdan de los talibanes de Afganistán, los pusimos de hoja perejil cuando decidieron derribar las estatuas gigantes de Buda, les llamamos de todo menos bonitos?
Pues bien, en España también hay talibanes, pero nacidos en España, con nombres y apellidos españoles, uno se llama Anasagasti y este fue hasta diputado, claro que en este país nuestro para presidente, ministro, diputado, etc. cualquiera vale, ahora no sé lo que es, este ¿señor?
Yo creo que no, lo que siempre me ha parecido, mi respeto por la condición humana me impide escribirlo, porque humano sí que es, cuando estaba gestándose en el vientre de su madre, vete a saber que sería, según Bibiana Aído, cualquier cosa, para mí ser humano desde su concepción; otro talibán se llama José M. Pedreño, Presidente de la F. Estatal de Foros por la Memoria. Hay alguno más pero como para muestra vale un botón, aquí hay dos botones de muestra y creo que es suficiente. ¿Saben que pretenden estos dos talibanes? Uno a nivel personal y el otro en nombre de los foros que preside, pues nada más y nada menos que volar, demoler, el Valle de los Caídos. ¡Toma castaña! Esta gilipullua que diría el genial Luis Sanchez Polack TIP (Que en paz descanse) se les ha ocurrido sin despeinarse, bueno es posible que a Anasagasti se le haya ocurrido después de ir a la peluquería y a Pedreño en algún momento en que se ha quitado la gorra, pero lo malo no es esto, sino que el Gobierno haya subvencionado a estos Foros de la Memoria con más de un millón de euros (La RAZÓN 20 de noviembre).
Yo pregunto ¿para qué esta subvención? ¿Para que compren la dinamita? El Gobierno con nuestro dinero, con el dinero de nuestros impuestos, se hace según a mí me lo parece, financiero de este estúpido disparate, ¡sí señor! Con decisiones tan talentosas como ésta es como se sale de la crisis.
Vamos a ver: si de lo que se trata es de terminar con todo vestigio franquista ¿por qué no se vuelan los pantanos? Casi todos lo hizo él y el primer túnel de Guadarrama y el Hospital de la Paz donde Franco murió en la cama asistido por los mejores médicos de España y el Doce de Octubre y, se me ocurre otra cosa mucho más barata, cambiar los nombres, el Hospital Gregorio Marañón fue construido sobre los cimientos del San Juan de Dios y en un principio se llamó Hospital del Generalísimo y en él estuvo ingresado cuando la flebitis y hoy, se llama Gregorio Marañón, pues ¿por qué no se hace lo mismo con todo lo demás?
Por ejemplo, a los pantanos podemos llamarlos Almacenes Democráticos de Agua, al Hospital de la Paz le podemos llamar de la Pasionaria, al Valle le podemos llamar Monumento a Pablo Iglesias, o La Cruz del Diablo, ¡yo que sé! Para esto de los nombres es que soy muy malo, será una gilipollez esto que propongo, pero de lo que no cabe duda, es que es mucho más barato.
Yo es que no lo entiendo, estos corajudos y valientes talibanes que mataron a Franco de muerte natural ¡porras! Esta frase es muy buena, la habré oído o leído en algún sitio, seguro que no se ha cocido en mi caletre, pero vamos a lo nuestro. Estos valientes talibanes, primero matan a Franco y ahora lo quieren resucitar, como está pasando con la misa de los domingos que antes no iban ni 100 personas al Valle y ahora que cierran la Basílica van varios miles.
Con esto, yo no pretendo defender a Franco, ser de un cadáver o estar en contra de él me parece de lo más estúpido, y Franco hace ya más de 35 años que rememorando a Hamlet príncipe de Dinamarca, ha sido o está siendo manjar para los mismos comensales que uno a uno, todos, lo iremos siendo.
Hasta otro día si Dios quiere.
Juan Escribano Valero