Primero Zapatero pidió cariño. Este sábado agradecía a los rudos sindicatos del metal de UGT el apoyo recibido. Nunca olvidare lo que habéis hecho. Con estos mimbres es fácil intuir el sentido de la huelga convocada por los sindicatos para el próximo 12 de diciembre. ¿Contra el Gobierno de los 5 millones de parados? No. Por el empleo. Así, en general.
Para 'vestir' el muñeco, Toxo y Méndez piden al Gobierno más ambición. Una cosita suave. Todos los dardos se centran en la patronal a quien reclaman un cambio de actitud. Al parecer el cambio de las últimas semanas no les resulta suficiente. Los sindicatos utilizarán como lema que no se aprovechen de la crisis para aclarar con contundencia que no aceptarán reformas laborales que supongan un recorte de derechos.
Bla, bla, bla. Por eso el Gobierno se atreve por vez primera a afirmar que hay que avanzar hacia las reformas estructurales, incluidas las laborales. Así lo ha señalado en la mañana de este martes el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, en el Foro Cinco Días. Ocaña reclama nada menos que moderación salarial y salarios más ligados a la productividad. O sea, el discurso de MAFO, Almunia, OCDE, CEOE, FMI de los últimos meses.