El temor a un efecto dominó en otras economías han obligado a ir al rescate.
No hay peor ciego que el no quiere ver. Se podría definir así la actitud de Irlanda ante las ayudas que los países de la eurozona quieren ofrecer a la economía de ese país. Pero es que el temor ante un posible contagio ha reactivado todos los mecanismos para que no suceda un nuevo caso griego. Y es que como se dice en el mundo del cine, las segundas partes nunca fueron buenas.
Por eso las medidas no se han hecho esperar y todos los países de la zona euro pretenden que las medidas tomadas sirvan de revulsivo, o al menos para cortar la pandemia económica. La reunión de este martes es lo que pretende, aunque esperemos que el enfermo se deje curar porque si no, todo lo que se haga será insuficiente.
Andrés Velázquez
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