Que el PSOE critique al PP es lo esperable. Pero López Aguilar ha puesto el dedo en la llaga. El PP está tratando de explotar el supuesto éxito de Rajoy en el desayuno del pasado 25 de junio. Un desayuno donde recordemos, Rajoy sólo llegó a proponer constitucionalizar el techo de gasto, pero no detalló su política de recortes ni su propuesta de reforma laboral. Fue un asombroso recital de banalidades y de lugares comunes; no es lo que se espera de un líder de la oposición con aspiraciones de gobernar; ha renunciado a ilusionar a millones de españoles, concluye López Aguilar. Moncloa no es una pieza fácil, sino una silla caliente; y no se la merece. Además, López Aguilar añade que tampoco le he visto responder ante los casos de corrupción; esconde la cabeza.
La crítica es especialmente dolorosa porque es especialmente cierta: Rajoy no ilusiona. Y la estrategia del PP parece ser la de esperar a que la fruta caiga como manzana podrida. Y no vale. La ciudadanía tiene derecho a conocer un programa, un plan, una alternativa. Afirmar que hay que evitar duplicidades y que hay que mejorar la eficiencia del gasto, es un lugar común, como acertadamente denuncia López Aguilar quien concluye que Rajoy nunca desperdicia una oportunidad para desperdiciar una oportunidad. Muy creativo.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com