Continúo con la La vida oculta de Bergoglio, del periodista argentino Armando Rubén Puente. Por el momento, la mejor biografía que conozco del Papa Francisco, que acaba de editar, en España, Libros Libres.

La vida de Bergoglio (en la imagen), argentino y jesuita, es la vida de la crisis de la Compañía más fiel a la Iglesia… hasta el siglo XX. Fue Pablo VI, mucho antes que Juan Pablo II, quien formuló la siguiente pregunta a los jesuitas: ¿Podrá la Iglesia confiar en vosotros como siempre No, no podía, porque la soberbia jesuita llevó a muchos miembros de la Compañía a la traición al Cuerpo Místico, ahora podemos llamarlo como queramos, pero es de soberbia de lo que hablamos.

Hay un antes y un después en la Compañía de Jesús, a la que pertenece Bergoglio, que no Francisco. Lo marca la Congregación de 1974. El Decreto 4 queda fijado en este deriva ideológica: "No hay conversión auténtica en el amor de Dios sin una conversión al amor de los hombres y, por tanto, a las exigencias de la justicia".

la vida oculta de bergoglio armando rubenEn aquellos años de majadería mental generalizada, producto de la crisis de amor de Dios que sufría la Iglesia (¿es que existe otro tipo de crisis en la Iglesia) la proposición quedaba 'dabuten', que diría un castizo, pero lo cierto es que la formulación correcta es justo la contraria: no hay preocupación por el prójimo si antes no hay amor de Dios. El hombre, sin la gracia de Dios libremente asumida, pasa del hermano con exquisita elegancia. Como mucho, se queda en la filantropía que nada tiene que ver con el cristianismo. En cualquier caso, las órdenes del maestro son: primero amar a Dios y luego, en prelación e intensidad, al prójimo. Al Uno sobre todas las cosas, al prójimo, como a uno mismo.

Ahí empezó al desastre jesuítico, porque, además, algunos miembros de la Orden, en lugar de amar al pobre armaron al pobre para que matara a gusto y otros muchos se olvidaron del pobre y se centraron en la teórica pobreza. Ni tan siquiera eran austeros en su vida privada. No vestían corbata por puro simbolismo pero viajaban en avión de un lado al otro del mundo galvanizando a las masas, con un orgullo infinito, para otorgar, urbi et orbe, el nuevo mensaje cristiano para los nuevos tiempos. Y en ese esquema no cabía la obediencia.

¿Cuál es el gran mérito de Francisco, como bien relata Puente Distinguir entre la libertad cristiana y la liberación política. Durante la crisis eclesial, expulsó a muchos jesuitas que habían dejado de ser curas para convertirse en terroristas; durante la dictadura militar, ayudó a muchos curas 'zurdos' a huir de la persecución de los 'milicos'. Odiar el pecado y amar al pecador.

Mañana hablaré de cómo le gratificaron los ayudados: a torta limpia. Estos progres son gente muy agradecida. Por eso Juan Pablo II, con quien ahora pretenden enfrentarle al NOM, le nombró arzobispo de Buenos Aires. No para protegerle de los 'milicos' ni de los 'zurdos', sino para protegerle de sus hermanos jesuitas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com