En Cataluña nos estamos acostumbrando a que cada visita de algún miembro de la Casa Real sea recibida por algunos con pitos y bronca.
Los que nos consideramos corteses, al menos por una vez podemos felicitarnos. Doña Sofía visitó el viernes, 28 de junio, las zonas afectadas por las riadas de la pasada semana en el Valle de Arán, en el Pirineo de Lleida, y en el valle de Benasque, en Huesca. Allí fue arropada por todos los vecinos de las localidades y conoció de primera mano las consecuencias devastadoras de las inundaciones, causadas por los desbordamientos de los ríos Ésera y Garona.
La reina emprendió viaje en helicóptero a primera hora de la mañana con el fin de llegar a las zonas afectadas antes de la hora de comer. A la una de tarde, doña Sofía aterrizaba en Viella, donde cientos de vecinos la recibieron con una calurosa acogida.
Más tarde, y ya en coche, se trasladó a la localidad de Arties, donde la esperaba la delegación de autoridades en cabezada por el Síndico del Aran, el ministro de Interior, la vicepresidenta de la Generalitat y la delegada del Gobierno en Catalunya.
La reina se dio un baño de multitudes en todos los pueblos y ciudades que visitó a lo largo del día. Su cercanía y generosidad fueron las protagonistas en un día en el que gran parte de los afectados quisieron agradecer a doña Sofía su interés por la desgracia que estaban sufriendo. Los 'Viva la reina' no faltaron en ningún momento del viaje. Pienso que es un acto del que nos debemos felicitar y no solo por el éxito de la visita sino por la no participación de los radicales separatistas.
Pedro J. Piqueras Ibáñez