El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) se ha cargado las cajas de ahorros.

Ayer, en dos notas explicativas que nadie le había solicitado, MAFO se explica, aunque la verdad es que lo hace con la habitual sarta de tópicos del supervisor. Asegura el muy docto organismo inspector  que el proceso de fusión de cajas es inevitable  y, de paso, nos informa de las condiciones de los siete procesos de fusión puestos en marcha, tras advertirnos que todos ellos han sido aprobados por la autoridad, monetaria, por supuesto. O sea, por él mismo, por MAFO.

A saber:

1. Las cajas de ahorros no necesitaban más tamaño ni más capital. Durante más de 200 años, el sector ahorro ha tenido todo el capital que necesitaba, capital propio -cedido por sus entidades fundacionales- y ajeno -el de sus clientes, que siempre han confiado en las cajas mucho más que en los bancos-. Encima, estas entidades mutuales han dado lecciones de solvencia a los bancos, además de moderar a éstos en sus tendencias usureras y especulativas.

Para entendernos, las cajas no han visto reducida su solvencia por ser cajas o por ser pequeñas sino, precisamente, por comportarse como grandes bancos de inversión. Entonces es cuando se han hundido. No necesitan fusionarse para sobrevivir sino para despedir trabajadores que no hubieran tenido que despedir si hubieran hecho lo que siempre hicieron: dar servicio a los particulares, a las familias y a las PYMES. Porque en una fusión, todo el mundo acepta cualquier cosa, incluso prejubilaciones bien pagadas.  

2. Pero lo más grave de este proceso absurdo de fusiones aceleradas que los pedantes del Banco de España, con su super-pedante gobernador a la cabeza, llaman reconversión por reestructuración financiera, consiste en hacerlo en España, en pleno proceso de deslocalización empresarial europeo. Cuando el principal problema de España es una balanza de pagos deficitaria, es decir, que crea empleo en el exterior, nos cargamos las cajas de ahorros que constituyen la referencia accionarial de las empresas estratégicas de este país. Habrá que citar de nuevo la lista de compañías clave en cuyo accionariado figuran cajas de ahorros: Repsol, Iberia, Iberdrola, Telefónica, INDRA, SOS, AbertisSacyr, Gas Natural, Agbar... prácticamente todo el Ibex 35. En Italia y en Francia el soporte accionarial de sus tejidos industriales es el Estado; en Alemania, el Gobierno central y los gobiernos regionales. En España son las cajas quienes sostienen el tejido industrial básico, y su conversión en bancos va acompañada de un empecinamiento en que abandonen la industria. Un verdadero suicidio, la mayor estupidez económica realizada jamás en España, justo en el momento en que las grandes corporaciones alemanas, francesas e italianas miran con ojos codiciosos a las empresas españolas.

Y ahora quiere acabar con las cajas rurales. Supongo que el ideal de MAFO -seamos francos: apoyado en esta estupidez macabra por el Gobierno Zapatero y por el PP- consiste en que todo el sistema financiero español sea absorbido por Goldman Sachs y compañía, es decir, por los chorizos, perdón, presuntos chorizos, que todavía no hay sentencia, que han provocado la actual crisis. Entonces, concluirá que el proceso de reconversión bancaria española estará concluido. Y lo habrá hecho él solito, oiga usted.

Pero, ¿qué habremos hecho los españoles para merecer estas instituciones?

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com