Mohammed funciona como un militante disciplinado que en todas partes y lugar, pase lo que pase, repite las consignas del partido. Por ejemplo. Pregunta:
-¿Funciona el modelo intercultural en España?
Respuesta:
-En ciudades gobernadas por el PSOE, sí. Además, la perspectiva de la Alianza de Civilizaciones llevada a lo local (sic) avala ese modelo. En cambio, en otras, como Madrid, no. El PP trata a los inmigrantes como algo ajeno a la ciudad.
Mohammed es un progresista naturalmente, por lo que es capaz de casar su credo islámico con el respeto a la mujer, pieza esencial, como todo el mundo sabe, de la política feminista del Ejecutivo Zapatero. Y así, Mohammed, afirma sin recato que el catolicismo y el Islam deben ubicarse fuera del colegio. O sea, una enseñanza rabiosamente laica. Y cuando el periodista inquiere que algunos piensan que si introducimos la religión en la escuela, se evitarían los extremismos, Mohammed, sin despeinarse, asegura: El riesgo de extremismos católicos o islámicos existe y seguirá existiendo fuera del colegio.
Es decir, que existen fundamentalistas católicos que, como todo el mundo sabe, católicos, en paridad de estima con los musulmanes se dedican a atarse un cinturón con explosivos y hacerse volar por los aires, junto a unos cuantos prójimos.
Y lo dice un musulmán marroquí, en un país en el que 192 personas, la inmensa mayoría españoles, perdieron la vida a manos de fanáticos islámicos con origen en Marruecos.
Me pregunto a quién le juraría fidelidad Mohammed en caso de conflicto abierto entre Marruecos y España. Seguramente a la Alianza de Civilizaciones.
Por de pronto, Mohammed tiene la jeta necesaria como para homologar el fanatismo católico con el islámico, algo de lo que sólo sería capaz ZP. Pero claro, es que ZP llegó a La Moncloa gracias a un atentado colectivo -los lectores de Hispanidad ya saben que soy alérgico a la teoría de la conspiración pero amante de la evidencia- cometido por terroristas, y no suicidas. Musulmanes.
Caraduras como Mohammed y necios aprovechados como ZP son los que fomentan actitudes xenófobas entre los españoles. Porque si los 400.000 magrebíes que residen en España piensan como el jetas de Mohammed, entonces tenemos, en verdad, un muy serio problema en este país. Constituyen una quinta columna a la que habría que vigilar estrechamente.
Sigo siendo partidario de las fronteras abiertas a la inmigración, pero no de las mentes abiertas a la estupidez. Lo cristiano, y lo solidario, es acoger al extranjero con los brazos abiertos y, al mismo tiempo, obligarle a respetar la esencia del país que le acoge. Ahora bien, ¿cuál es la esencia de ZP? Y si no encontramos la tal esencia: ¿no estaremos definiendo la inconsistencia?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com