Traslación fidelísima a la gran pantalla del best seller del mismo título escrito por Cormac McCarthy que nos ofrece una visión apocalíptica del mundo.
Hay algunos que afirman que Cormac McCarthy escribe pensado directamente en la gran pantalla (de este novelista también se ha llevado al cine la oscarizada No es país para viejos), no entraré en polémica sobre este asunto, lo que sí es cierto es que resulta tremendamente fácil traducir sus novelas a imagen. En concreto, el largometraje La carretera sigue punto por punto (como si fuera un dictado) el texto literario.
El argumento narra la historia de un padre y un hijo (un niño) que intentan sobrevivir en un mundo asolado por todo tipo de desastres naturales que, a la postre, han convertido a muchos de sus congéneres en caníbales. El día a día resulta toda una odisea no sólo para mantenerse con vida sino para no caer en la desesperación.
Como ocurre en el relato literario, este viaje por carretera intentando llegar al Sur (donde la pareja protagonista tiene la esperanza de encontrar a seres humanos como ellos o, como dice el niño, hombres buenos) nos brinda la oportunidad de comprobar una gran transformación en ambos, quedando muy claro que sólo en el pequeño (lleno de inocencia y bondad) reside el último resquicio de humanidad de ese mundo.
El director John Hillcoat ha conseguido transmitir la atmósfera opresiva y depresiva del relato literario, a ello también contribuyen las soberbias actuaciones de Viggo Mortensen y del niño australiano Kodi Smit-MacPhee, así como los breves pero significativos papeles que interpretan actores de prestigio como Charlize Theron, Guy Pearce o el veterano Robert Duval. Precisamente este último (que interpreta a un anciano caminante) es el que, de alguna forma, rebate con sensatez algunas de las afirmaciones faltas de fe y de trascendencia del protagonista adulto del relato.
Para: Los que leyeron la novela y les gustó a pesar de su tono apocalíptico