Una de las consecuencias de la crisis en España es la reducción del déficit exterior de España. Hay truco porque, tal y como nos muestra la balanza de pagos de 2009 elaborada por el Banco de España, la debilidad del consumo ha afectado a las importaciones, que descendieron un 19% reduciendo la diferencia con las exportaciones. Al mismo tiempo, las empresas españolas han buscado otros horizontes y han encontrado en las economías emergentes un mercado que pueda salvarles.
El Banco de España señala que en el presente ejercicio se sigue el mismo camino: La corrección del déficit exterior ha proseguido en los primeros meses de 2010, aunque a un ritmo menos intenso, debido a la progresiva mejoría de las importaciones ante el mejor tono de la demanda final, al tiempo que las exportaciones habrían avanzado en línea con la recuperación mundial.