Nueva entrega de El Hombre de Hierro, el cómic de la Marvel creado por Stan Lee, Jack Kirby y Don Heck, en el año 1963. Ahora el villano proviene del Este: se trata del hijo de un científico ruso antiguo colaborador del padre de Tony Stark.
Si en la primera película de Iron Man, nuestro héroe cambiaba el panorama del mundo armamentístico con la creación de una portentosa armadura que le convertía en imbatible, en ésta asistirá incrédulo al intento de las autoridades de su país por arrebatarle de las manos su invento. Una pugna entre propiedad privada y propiedad pública que a los norteamericanos, más que a nadie, les produce sarpullido. Al fondo, un competidor armamentístico -sin muchos escrúpulos- que se aprovecha de la situación
Como es propio en una película de estas características: lo que no falta en Iron Man 2 son los habituales elementos propios del cómic: un conflicto entre héroe y malvado (éste especialmente repulsivo, encarnado por Mickey Rourke), explosiones y peleas sin fin (en esta ocasión entre hombres de armadura y robots teledirigidos), efectos especiales a doquier además de una subtrama amorosa con cierto humor (que recuerda las comedias de guerra de sexos de los años 40). Pero, por la dosis de violencia y algún toque sensual y no porque el argumento sea complicado, este largometraje va dirigido a un público más adulto que otras películas de héroes como, por ejemplo, Los cuatro fantásticos o Spiderman.
Con un elenco de actores insuperable (vean la ficha técnica) la esperada actuación de Robert Downey Jr. resulta correcta por el cinismo que destila su personaje pero no impide que se hagan largos los 124 minutos de metraje.
El estreno en España de la película coincide con la venta de un videojuego oficial en el que han colaborado (prestando su aspecto físico) dos de los grandes actores que forman parte del reparto: Don Cheadle y Samuel L. Jackson.
Para: Los aficionados a las películas basadas en cómics