- Cospedal pone fecha a la reforma bancaria (dos o tres semanas) pero no explica si habrá ayudas públicas o si se dejará caer a las entidades insalvables.
- La secretaria general del PP asegura que las entidades deben sanear su cartera inmobiliaria y que el Gobierno dictaminará cuántos grupos bancarios desea... y no dice más.
- Por el momento, aumentar provisiones y reducir oficinas y plantillas vía fusiones.
Decíamos ayer que Rajoy pretende un imposible: sanear la banca española sin que quiebre ninguna entidad -que considera un desdoro para el Gobierno- y sin que reciban ayudas públicas. Seguimos en ello, pero ahora con prisas. Tras la reunión del Comité Ejecutivo del Partido Popular -lunes 23- la secretaria general, Dolores de Cospedal, aseguraba que la reforma bancaria se hará en tiempo y forma, es decir, en "dos o tres semanas". Cuando se le pregunta en qué va a consistir asegura que en sanear balances y en que el Gobierno dictaminará el número de bancos que considera idóneo. Lo primero es una tautología importante, lo segundo una injerencia del Estado en un sector financiero regulado pero privado.
Y la pregunta sigue siendo la misma: ¿Qué pasa con las entidades que no tengan fuerza para sanearse?
Además, las entidades motrices, sobre todo Santander, BBVA, Caixabank y Popular, no están por la labor de poner en riesgo sus propios balances por remediar los males ajenos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com