Según el ministro, "el daño que se hace (a España) es muy superior la daño que se puede hacer a la compañía y a los propios trabajadores"El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha instado este viernes a la dirección de Iberia y a los sindicatos a que hagan un esfuerzo para que lleguen a un acuerdo y eviten la huelga convocada en diciembre.
Por su parte, este mismo viernes, Iberia ha difundido un comunicado en medios de comunicación -en realidad ha sido mediante un anuncio- con motivo de la huelga convocada por sus sindicatos para los días 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre contra el plan de reestructuración planteado por la compañía, que implica el despido de 4.500 trabajadores.
En el comunicado, Iberia se dirige a sus clientes para comunicarles que la huelga le parece irresponsable, innecesaria y un abuso; se muestra totalmente abierta a negociar un plan que le permita ser viable en el futuro, y asegura que atenderá a sus clientes y pondrá todos los medios a su alcance para minimizar en lo posible las molestias que esta huelga injustificada pueda provocarles y les pide disculpas.
Iberia también se dirige a la opinión pública argumentando las razones de su plan de reestructuración que "le permita ser viable y situarla en el lugar de liderazgo que le corresponde en la industria aérea". Entre las razones aducidas figura, por ejemplo, que pierde un millón de euros cada día -esto ya lo publicó Hispanidad recientemente-. También busca salvar 15.500 puestos de trabajo, ya que "si no se pusiera en marcha, peligraría la viabilidad de la compañía y estos puestos de trabajo directos se perderían".
Igualmente, aduce Iberia, es "un plan de futuro, con una inversión multimillonaria en mejorar los productos que ofrece a los clientes y en renovar su flota con aviones más eficientes, pero esto solo es posible asegurando su rentabilidad y la máxima colaboración de sus empleados".
La compañía también destaca su apuesta por la 'españolidad de iberia', ya que dicho plan "permitirá que nuestro país pueda contar con una compañía española rentable, fuerte, capaz de competir y ocupar un puesto relevante en la aviación comercial en el mundo". Y añade: "Iberia es una empresa española, que pertenece a un gran grupo aéreo, como International Airlines Group, con sede social en España, con accionistas de todo el mundo y que le ofrece, entre otras cosas, más garantías de futuro y más recursos para solucionar sus problemas". Es más, apunta, "si no hiciéramos nada, Iberia podría desaparecer y ello supondría un duro golpe para las comunicaciones, el empleo, los negocios, el sector turístico y la imagen de España fuera de nuestras fronteras".
Reconoce en el comunicado que su plan de reestructuración "requiere sacrificios" como "menos empleos, menos salarios y más productividad, que la compañía está dispuesta a negociar, pero es un plan que le permitirá sanearse y crecer para volver a ser líder en sus mercados".
La compañía contextualiza su situación en el entorno europeo, donde "al igual que las demás aerolíneas tradicionales europeas, la compañía padece problemas estructurales, que se agravan en el caso de Iberia por la grave crisis que atraviesa España, y que también está castigando a otras muchas empresas del país en diversos sectores".
Por todo ello, pide a todos los trabajadores y a sus representantes un "un ejercicio de responsabilidad en favor de una Iberia viable, con futuro y que vuelva a ocupar el lugar que merece en la industria aérea mundial".
En Hispanidad también les contamos algunas cifras comparativas, como que un comandante de Iberia supone unos costes laborales de 203.000 euros anuales por unidad, frente a los 160.000 de sus colegas en líneas iberoamericanas, la principal competencia actual de Iberia, o los 102.000 de sus pares en el bajo coste. Iberia quiere salarios como los de Vueling, su filial que marcha bien y que está siendo opada por la matriz IAG.
No obstante, en un conflicto de esta naturaleza siempre hay dos posturas, la de los trabajadores y la de la empresa. Porque es compresible la actitud de los sindicatos de tierra: la reducción prevista de plantilla significa lo siguiente: 4.500 de tierra, 537 pilotos, 932 azafatas y 582 de mantenimiento se van a la calle. Los sindicatos se niegan a negociar. Sencillamente, no aceptan estas cifras y anuncian huelgas. Son muchas becas, hipotecas, hijos, etc.
En el acuerdo deberían perder las dos partes y ganar las dos. Dado que el plan de reestructuración parece inevitable, lo que hace falta es un equilibrio entre ambas.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
Por su parte, este mismo viernes, Iberia ha difundido un comunicado en medios de comunicación -en realidad ha sido mediante un anuncio- con motivo de la huelga convocada por sus sindicatos para los días 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre contra el plan de reestructuración planteado por la compañía, que implica el despido de 4.500 trabajadores.
En el comunicado, Iberia se dirige a sus clientes para comunicarles que la huelga le parece irresponsable, innecesaria y un abuso; se muestra totalmente abierta a negociar un plan que le permita ser viable en el futuro, y asegura que atenderá a sus clientes y pondrá todos los medios a su alcance para minimizar en lo posible las molestias que esta huelga injustificada pueda provocarles y les pide disculpas.
Iberia también se dirige a la opinión pública argumentando las razones de su plan de reestructuración que "le permita ser viable y situarla en el lugar de liderazgo que le corresponde en la industria aérea". Entre las razones aducidas figura, por ejemplo, que pierde un millón de euros cada día -esto ya lo publicó Hispanidad recientemente-. También busca salvar 15.500 puestos de trabajo, ya que "si no se pusiera en marcha, peligraría la viabilidad de la compañía y estos puestos de trabajo directos se perderían".
Igualmente, aduce Iberia, es "un plan de futuro, con una inversión multimillonaria en mejorar los productos que ofrece a los clientes y en renovar su flota con aviones más eficientes, pero esto solo es posible asegurando su rentabilidad y la máxima colaboración de sus empleados".
La compañía también destaca su apuesta por la 'españolidad de iberia', ya que dicho plan "permitirá que nuestro país pueda contar con una compañía española rentable, fuerte, capaz de competir y ocupar un puesto relevante en la aviación comercial en el mundo". Y añade: "Iberia es una empresa española, que pertenece a un gran grupo aéreo, como International Airlines Group, con sede social en España, con accionistas de todo el mundo y que le ofrece, entre otras cosas, más garantías de futuro y más recursos para solucionar sus problemas". Es más, apunta, "si no hiciéramos nada, Iberia podría desaparecer y ello supondría un duro golpe para las comunicaciones, el empleo, los negocios, el sector turístico y la imagen de España fuera de nuestras fronteras".
Reconoce en el comunicado que su plan de reestructuración "requiere sacrificios" como "menos empleos, menos salarios y más productividad, que la compañía está dispuesta a negociar, pero es un plan que le permitirá sanearse y crecer para volver a ser líder en sus mercados".
La compañía contextualiza su situación en el entorno europeo, donde "al igual que las demás aerolíneas tradicionales europeas, la compañía padece problemas estructurales, que se agravan en el caso de Iberia por la grave crisis que atraviesa España, y que también está castigando a otras muchas empresas del país en diversos sectores".
Por todo ello, pide a todos los trabajadores y a sus representantes un "un ejercicio de responsabilidad en favor de una Iberia viable, con futuro y que vuelva a ocupar el lugar que merece en la industria aérea mundial".
En Hispanidad también les contamos algunas cifras comparativas, como que un comandante de Iberia supone unos costes laborales de 203.000 euros anuales por unidad, frente a los 160.000 de sus colegas en líneas iberoamericanas, la principal competencia actual de Iberia, o los 102.000 de sus pares en el bajo coste. Iberia quiere salarios como los de Vueling, su filial que marcha bien y que está siendo opada por la matriz IAG.
No obstante, en un conflicto de esta naturaleza siempre hay dos posturas, la de los trabajadores y la de la empresa. Porque es compresible la actitud de los sindicatos de tierra: la reducción prevista de plantilla significa lo siguiente: 4.500 de tierra, 537 pilotos, 932 azafatas y 582 de mantenimiento se van a la calle. Los sindicatos se niegan a negociar. Sencillamente, no aceptan estas cifras y anuncian huelgas. Son muchas becas, hipotecas, hijos, etc.
En el acuerdo deberían perder las dos partes y ganar las dos. Dado que el plan de reestructuración parece inevitable, lo que hace falta es un equilibrio entre ambas.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com