Sr. Director:
Los organismos internacionales se desviven por preservar los derechos homosexuales y castigan severamente a todo aquel que se oponga al desarrollo hasta el infinito de los mismos.

Mientras, las legislaciones inoculan a edades tempranas esta conducta sexual en las escuelas de occidente. Y si tomar a un hombre como si fuera una mujer está a la orden del día y suscita orgullo y festejo colectivo, aquellos que osan definirse como católicos sufren el embate de sus enemigos sin que nadie levante la voz.

Masacres contra cristianos son habituales en países musulmanes y últimamente en la India, pero ningún periódico o canal televisivo sale en su defensa sino que se limitan a narrar asépticamente los hechos.

Qué distinto trato si los asesinados fueran homosexuales por el hecho de serlo.

De todas partes saldrían protestas y cómo no, nuevas leyes para atajar inmediatamente semejante atropello. Un mundo extraño que absuelve el pecado y condena al creyente.

María Dolores Bravo

mariadoloresb@gmail.com