Sr. Director:
El 28 de diciembre conmemoramos a los pobres niños menores de dos años que Herodes mandó matar para que nadie pudiese quitarle su trono. Cuando era niña y en el colegio nos enseñaban la Historia Sagrada, me horrorizaba pensar cómo podía ser que hubiese habido un hombre tan malo que mandase asesinar a los niños. Ahora se continúa matando a los niños, pero son tan pequeños que ni siquiera han llegado a ver la luz. Herodes no quería perder su poder y hoy no se quiere perder el bienestar, la libertad, la comodidad.
La sociedad no quiere hacerse cargo de muchos niños a los que sus padres no pueden cuidar y prefiere matar a los pequeños inocentes. La culpa es colectiva, toleramos que no se penalice el crimen y como Poncio Pilato, nos lavamos las manos. Si el clamor popular levantase muy alta la voz en favor de tantas vidas truncadas, el gobierno no tendría más remedio que hacer caso al pueblo.
María del Carmen Antoja Giralt
carmen@antoja.net