En una carta del pasado día 09, titulado Republicanos americanos sin rumbo ni concierto el señor Jorge Ipiña realiza un análisis muy clarificador de la situación y características del candidato republicano Mitt Romney dentro de las primarias de dicho partido en los EEUU.
Me atrevo a citar una frase de su texto para resumir lo que entiendo que es, no solo la opinión del señor Ipiña, sino también la de quienes respaldan a Romney "Si las primarias las gana cualquier candidato que no sea Romney, la actual administración tiene asegurada su relección".
Mitt Romney es el candidato moderado, el que quiere ganar el centro, que diríamos en política española. El que sabe que debe ceder en algunas cuestiones que, aunque en otros momentos se han considerado irrenunciables, ahora deben ser puestas en un segundo plano para poder ganar el poder, que es de lo que se trata. Vamos, que estaba escribiendo estas líneas y me parecía que hablaba de Rajoy.
Como usted sabe, mis preferencias en estas primarias se decantaban por Hermann Cain, por su condición de no profesional de la política, por sus buenos modos, y por ser capaz de aportar novedad tanto en las propuestas como el los medios empleados. Desgraciadamente, no ha superado el frente de acusaciones que han vertido sobre él, que usted mismo calificaba como sospechosas y que, para aumentar aún más las sospechas, han desaparecido por completo de los medios de comunicación una vez que se ha retirado de la contienda.
Y aunque no puedo afirmar a día de hoy quién sería mi candidato favorito en estas primarias, puedo afirmar que no se trata del señor Romney, precisamente por las razones que valora el señor Ipiña: para que un republicano gobierne como un demócrata, no hace falta un republicano.
Por esta razón espero que a lo largo de este fantástico y aleccionador ejercicio de democracia que son las primarias de los dos grandes partidos estadounidenses, se aclare el maremagnum de los candidatos conservadores, se produzcan consolidaciones de votos alrededor de uno de ellos, y logren construir un candidato que presente batalla ante Obama de forma sólida.
Yo sí que pienso que si esto sucede y Romney, como hace cuatro años, termina hundiéndose ante otro contrincante, el GOP puede poner otra vez un hombre en la Casa Blanca. Porque el pueblo de EEUU está cansado del derroche e improvisación. Y es que la primera democracia del mundo, no solo puede mostrarnos que son capaces de lograr en 4 años lo que en España nos ha costado 7 (echar a un gobernante incompetente). Sino que, si Dios quiere, pueden poner en su lugar a una persona con las prioridades bien claras.
Eduardo Méndez Polo
PD: Aunque imagino que a cualquiera de sus lectores con afición a estas primarias le es innecesaria esta recomendación, por si hubiese algún despistado, no puedo dejar de recomendar la magnífica serie de TV "El Ala Oeste de la Casa Blanca". Como dice un amigo mío, esto debería verse en las aulas de secundaria, y no la educación para la ciudadanía.