"Nadie nos ha ayudado, ni la Administración ni la Justicia. Hemos estado olvidados toda la vida". Estas eran las palabras de Olga Alcega, una nieta de una de las víctimas del franquismo, y presidenta de la Asociación de Familiares de Fusilados y Desaparecidos de Navarra (AFFNA).
Olga denunció ante el Juez de la Audiencia Nacional la desaparición de más de 3.000 personas en su Comunidad. Su abuelo formaba parte del grupo de 81 fusilados que perdieron la vida el 2 de septiembre en Magallón (Aragón). Ella ha sido uno de los cuatro testigos citados hoy por la defensa de Garzón para demostrar que el juez no prevaricó cuando abrió la causa.
Olga señaló que acudió a la Audiencia Nacional porque tanto ella como el resto de los descendientes de las víctimas quieren y merecen justicia después de 75 años de olvido. También ha declarado Rafael Espino, presidente de Aremehisa (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera), nieto y familiar de siete desaparecidos del total de 111 de los que nunca se supo más en la localidad cordobesa durante el verano de 1936.
También han sido citados por la defensa Manuel Perona, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cataluña, y Pedro Fausto Canales Bermejo, presidente de la asociación de Memoria Histórica de Valladolid. Esta última asociación presentó una denuncia en 2007 ante la Audiencia Nacional pidiendo que se reconociera la condición de desaparecidos a diez personas que fueron asesinadas en 1936 en la localidad de Pajares de Adaja (Ávila). Se solicitó, así mismo, que se comprobara si sus restos se hallaban en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
Canales no es nieto, sino hijo de un desaparecido, ya que a su padre se lo llevaron cuando él tenía sólo dos años.
Mientras, este domingo, The New York Times publicaba un sorprendente editorial sobre el Juez Garzón, al que se han ido sumando en cascada otros tantos en diversos medios de la prensa europea.
Sólo les ha faltado resucitar a Hemingway y hablar de las brigadas internacionales para proclamar la inocencia del juez.
Es sabido que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica tiene muchos contactos internacionales, y así lo ha demostrado llevando a varios observadores internacionales al juicio que se desarrolla contra Baltasar Garzón en el Supremo por prevaricación. Pero que 'The New York Times' ande tan desinformado clama al cielo. El asunto recuerda casi a las películas de Tom Cruise en las que te plantan una fallera en medio de la Semana Santa de Sevilla y se quedan tan anchos… El editorialista ni informa con detalle de por qué se juzga a Garzón ni menciona los motivos que le han llevado a sentarse en el banquillo en las otras dos vistas que se siguen contra él.
Las frases no tienen desperdicio…"España es ahora una democracia vibrante, pero el juicio del juez Garzón, que abrió sus puertas la semana pasada, es un inquietante eco de pensamiento totalitario de la era de Franco". No quede ahí la cosa.
"En el año 2008, el juez Garzón inició una investigación oficial, ordenando la apertura de 19 fosas comunes y acusó simbólicamente al general Francisco Franco, y varios ex funcionarios, ninguno aún con vida, por la desaparición de más de 100.000 personas. Un tribunal de apelaciones cerró la investigación. Al año siguiente, dos grupos de extrema derecha se querellaban contra el juez por desafiar la ley de amnistía".
Lo de llamar a Manos Limpias una organización de extrema derecha es lo de menos, lo mejor es lo que sigue a continuación.
"Por otra parte, el juez Garzón se enfrenta a cargos penales por fallos en otros dos casos políticamente 'cargados'… La persecución penal de los magistrados por sus resoluciones es poco frecuente en España, y podría distorsionar la independencia judicial".
Y ya para terminar, los americanos, con sus amplios conocimientos sobre lo que ocurre en Europa, se permiten asesorar a la justicia española: "El Tribunal Supremo español no debería haber aceptado este caso. Ahora bien, debe absolverlo".
El juicio a Baltasar Garzón por el caso de la memoria histórica concluirá este jueves.
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com