El presidente francés, François Hollande, y su ministro de Educación, Vincent Peillon, quieren que todos los alumnos del país, desde la primaria hasta el último año de enseñanza obligatoria, aprendan una asignatura llamada moral laica.
A falta de conocer los detalles, se tratará de una materia evaluable, distinta de la educación cívica y de la ética, que será impartida por los profesores de Historia. El ministro pretende que la materia sirva para enseñar a los alumnos a distinguir el bien del mal laico.
En una entrevista a Le Journal du Dimanche, Peillon explicó que "la moral laica es construir ciudadanos, entender lo que es justo, distinguir el bien del mal, saber que hay deberes tanto como derechos y, sobre todo, valores".
La materia no tiene por qué entrar en conflicto con la moral religiosa, añadió, ya que enseñará a los alumnos "nociones de moral universal, basada en las ideas de humanidad y de razón. Hay una moral común que se impone a la diversidad de las confesiones religiosas, que no debe herir ninguna conciencia, ningún compromiso privado, ni de carácter religioso ni político", concluyó Peillon.
Todo parece indicar que "la moral laica consistirá en inculcar el socialismo en la cabeza de los jóvenes alumnos".
Valentín Abelenda Carrillo