No ha pasado ni una semana desde que Florentino Pérez consiguiera su objetivo de controlar el consejo de Hochtief y la constructora alemana ya le está dando malas noticias. Previsibles, pero malas, porque este lunes Hochtief anunció pérdidas en el primer trimestre del año por valor de 169,5 millones de euros en los tres primeros meses de 2011, frente al beneficio de 34,1 millones registrado en el mismo periodo de 2010.
La clave se encuentra en la caída de de beneficios de su filial australiana Leighton, que ya había lanzado la advertencia de que la mala marcha de sus negocios de aeropuertos y autopistas le impediría obtener los resultados previstos.
Hochtief resultaba una compañía especialmente atractiva para ACS porque a su vez contaba con un 54% de Leighton. Pero la joya de la corona ha resultado ser simple bisutería. La compañía que preside Florentino Pérez logró el 43% y sentar a cuatro consejeros en la cúpula, y espera llegar al 50% en julio. Pese a las malas noticias, Hochtief sube un 1,5% en la recta final de la sesión, dado que el mercado descontaba la noticia y ha preferido confiar en la promesa de que se pueden cumplir las previsiones de 2012 y 2013. Tampoco la acción de ACS se vio especialmente afectada, dado que con el Íbex cayendo un 0,6%, el valor de la constructora caía tan solo un 0,3%.
Lo cierto es que estos resultados desbaratan la estrategia de Florentino, que nada más entrar en la alemana incrementó el dividendo de 1,5 euros a 2 euros por acción. Con ello, esperaba obtener liquidez suficiente para mantener el pulso con Galán, a su vez empeñado en diluir la presencia de ACS en Iberdrola. No solo eso, sino que, con la consolidación de los buenos resultados de Hochtief en ACS, Florentino esperaba ver mejoradas las cuentas de la matriz. Además, siempre quedaría la opción de despiezar Hochtief para obtener una interesante plusvalía. Y, mientras el presidente de ACS pensaba todo esto, el cántaro alemán ha caído y la leche se ha derramado.
Rodrigo Martín
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