• Bruselas considera que aunque sean los bancos quienes capitalicen El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), se trata de una ayuda del Estado.
  • Y eso lo dice un continente que ha capitalizado toda su banca quebrada con dinero público.
  • Además, los bancos exigen aval público.
  • Por eso ha vuelto la idea del banco tóxico.

Se lo explico pero, por favor, no se me pierdan. ¿Quién paga la crisis bancaria? El Gobierno Rajoy y su ministro de Economía, Luis de Guindos (en la imagen), se empeñan en que sea la propia banca quien pague el reflotamiento bancario, o al menos que lo parezca.

En principio se pensó en una derrama, pero Santander y Caixa se opusieron porque el listillo de Francisco González, presidente del BBVA, ya se había hecho con ayudas públicas al absorber Unnim, así que daría por un lado pero recibiría por el otro. Ni hablar.

Luego se pensó que el FGD emitiera títulos y que lo suscribiera el FROB: ayuda del Estado clarísima: Bruselas se opone.

Más tarde, a otra cabeza de huevo se le ocurrió la emisión de cuotas a 8 ó 10 años. Bruselas ya advierte que eso se llama déficit público y el Gobierno recula.

Cuarto intento: crédito de la banca al FGD, que así se convertiría en prestamista y prestatario a un tiempo. Bruselas permanece en sus trece: es ayuda de Estado.

La última: titulizar el crédito como si se tratara del déficit de tarifa eléctrico. Podría ser la salida ciertamente, pero recuerden: la banca querrá un avalista de último recurso: el Estado.

Sí, ya sé que esto parece locura colectiva, pero es lo que hay. De hecho, por eso ha surgido, otra vez, lo del Banco Tóxico, la idea de Luis de Guindos que Mariano Rajoy no quiso aceptar porque resultaba muy visible la ayuda del Estado a los bancos en crisis. Eso sí, Bruselas tendría poco que decir.

O sea, que nos hemos vuelto todos locos.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com