Decíamos ayer... que el actual hombre fuerte del Partido Popular, Jorge Moragas, había propuesto al presidente de Abertis, Salvador Alemany, para el cargo más buscado por el futuro Gobierno -o así lo esperan en el PP- de Mariano Rajoy: el de la vicepresidencia económica.
Lo que sí tiene claro el presidente del PP es el retrato robot: empresario, no político, ajeno al aparato del Partido Popular, especialmente al aznarismo y a Rodrigo Rato. Cuanto más lejos de aquéllos que fueron sus jefes, mucho mejor. Si el presunto candidato tiene cierta experiencia en la Administración bien, pero sólo eso: se busca un empresario, no un político, al que ofrecerle plenos poderes para salir de la crisis y crear empleo.
Alemany, además, aporta otro elemento: conocido por su vinculación al nacionalismo moderado catalán, es hoy asesor de Artur Mas, una forma de aproximarse a CIU, porque la mayoría absoluta tampoco está asegurada.
En la lista de ministrables figuran también Pablo Isla y José María Castellano, dos gallegos de prestigio, pero retenidos en sus proyectos empresariales actuales, el primero en Inditex, el segundo en ONO y Nocacaixagalicia.
Pero el favorito de la lista es quien estaría más dispuesto a asumir el mando. Se trata de Francisco González (FG), el presiente del BBVA. El próximo 19 de octubre cumplirá 67 años y ya ha ganado todo el dinero que podía ganar y la verdad es que, independientemente del mérito que se le atribuya en el actual BBVA, lo cierto es que es un banquero de éxito que durante los últimos meses se ha caracterizado por exigir al Gobierno Zapatero reformas mucho más drásticas y ejecución mucho más rápida. Fue FG quien se enfrentó a ZP y a su ministra Elena Salgado durante la famosa primera reunión del Gobierno (noviembre) con la cúpula empresarial española. Mientras Emilio Botín aplaudía a ZP (más bien esto ocurrió en la segunda convocatoria) FG se enfrentó a él, y de forma desabrida.
De hecho, el dibujo que a nueve meses de las elecciones (¿O menos?) tiene Rajoy en la cabeza es la creación de una Vicepresidencia económica con plenos poderes y a la que reporten no menos de cinco Ministerios del ramo, bajo las órdenes de un FG que, de paso, posibilitaría con su salto a la política la fusión entre BBVA y Bankia. Es curioso que los portavoces de ambas entidades aseguren que Bankia no ofrece mucho al BBVA, que pretende crecer en el exterior. En primer lugar sí aporta, aporta capitalización, con capital público y privado, todo a un tiempo. En segundo lugar, la pregunta no es qué aporta Bankia al BBVA sino lo que aportó el BBVA a Bankia. Si FG se marcha la política dejaría en bandeja el nuevo grupo bancario a Rodrigo Rato, que se jubilaría ya como banquero. De paso, apuntalaría el proyecto de las siete entidades de ahorro que componen el entramado, proyecto que se ha convertido en el termómetro para toda la reforma de cajas o finiquito del sector ahorro, si lo prefieren. Todo depende de Bankia.
Naturalmente, el nombre de Luis de Guindos se impone por sí sólo. Hasta ahora, en círculos políticos, el ex secretario de Estado de Rodrigo Rato era el candidato favorito. Sin embargo, a De Guindos le tiene reservado otro cargo: el de Gobernador del Banco de España en sustitución de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que deberá cesar en junio del próximo año.
Y a todo esto, es el perfil de FG el más adecuado para aislar de la crisis. Hombre, llama la atención que FG no nació banquero sino corredor de bolsa. Fue Rato quien le nombró presidente de Argentaria en sustitución de Francisco Luzón, nombrado por Solchaga. Su perfil siempre ha sido el de intermediario bursátil, que no es lo mismo que banquero. De hecho, durante años se apoyó en José Ignacio Goigolzarri para llevar la banca doméstica, el plato fuerte del BBVA. Cuando consideró que no le necesitaba prescindió de él, dado que a FG no le gusta que le hagan sombra.
Por tanto, hablamos de un intermediario financiero nombrado para solucionar la crisis creada por la intermediación financiera. Sí, no le tiembla el pulso para hacer reformas, eso seguro, pero siempre a favor de los pudientes, especialmente de los inversores financieros, no de los empresarios. Pero puede pasar por el gran fichaje del PP para salir de la crisis. Tiene una ventaja: aceptaría con mucho gusto. Tiene un inconveniente: debería renunciar a su blindaje de 80 millones de euros en el BBVA (más una pensión acumulada de 79 millones de euros y a la que no renunciaría en ningún caso), algo excesivo para un país con más de un 20% de paro.
Por otra parte, FG es un personaje que piensa como financiero, en términos de deuda, no de salarios justos. Últimamente -ya saben- hay que prepararse para el cargo. Sus palabras, pronunciadas durante el reciente seminario de la APIE, celebrado en la Menéndez Pelayo, resultan esclarecedoras para quien pretenda conocerle y que muestran su espíritu de especulador. Ojo al dato: "Cada 100 puntos básicos más en la prima de riesgo suponen a España un extra coste de 12.400 millones de euros anuales, cantidad que equivale al 1,2% del PIB español y permitiría financiar con creces las inversiones en infraestructuras de 8.400 millones de euros previstas para 2011 y la creación de 160.000 empleos". Estas palabras supone convertir la consecuencia en causa. Es la deuda excesiva y el ataque especulativo de los mercados la que daña a la economía real y al bolsillo de los que no tienen capacidad de ahorro y, por tanto, de inversión financiera. No se trata de reducir el coste la deuda, sino la deuda.
Eulogio López
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