En la mañana de este lunes se reúnen los líderes europeos para acordar la posición común frente al caso Georgia. Zapatero pide que se logre una solución europea sin intervención americana. Los Estados Unidos, molestos con el abandono de Georgia. Alemania se rinde frente al pulso de Rusia. Zapatero cede antes de dar la batalla. Rusia e Irán planean hacer la OPEP del gas. Rusia incrementa su presupuesto militar y busca un acuerdo con Berlusconi. El conflicto facilita la apuesta europea por la nuclear

El problema de Alemania, como el de Ucrania, es que depende energéticamente del gas ruso. Así que el pulso es el siguiente: Europa no se mete en mi patio trasero o le corto el grifo. Y Alemania ha terminado por ceder. Sencillamente no puede prescindir del gas ruso porque -al contrario de lo que ocurre en España- Alemania no cuenta con suficientes plantas de licuefacción. Por supuesto, la posición de la canciller alemana, Angela Merckel, ha arrastrado al resto de los países de la Unión.

En la mañana de este lunes se reúne el Consejo Europeo extraordinario para hablar de la crisis de Georgia. De la Vega ya adelantó el viernes que la posición española es contraria a la presencia militar rusa en Georgia y a la independencia unilateral de Osetia del Sur. ¿Cómo se concretará esa posición? "Es la hora de la alta política, de la diplomacia", responde Zapatero. Eso sí, la solución debe ser europea. O sea, sin intervención norteamericana. Y eso significa rendición. Algo a lo que Zapatero ya está acostumbrado. Resuelve los conflictos huyendo de ellos.

Pan para hoy y hambre para mañana. En primer lugar porque Rusia parece haber resucitado la guerra fría. En primer lugar anuncia su nuevo misil, el ‘Topol'. En segundo lugar, porque ha anunciado un incremento en su presupuesto militar. Lo del Mar Negro se pone cada vez más feo. Y conviene recordar que España ya participa en esa guerra con el envío de la fragata de guerra ‘Juan de Borbón'.

Pero es que además, Rusia mantiene una relación muy estrecha con el régimen iraní de Ahmadineyad. Entre ambos países suponen el 40% de la producción gasística mundial. Y por eso ambos pretenden constituir la OPEP del gas, quizás junto a Argelia. Eso significaría que las economías occidentales estarían todavía más atadas de lo que están ahora a regímenes inestables y chantajistas.

Por eso la directiva comunitaria que bendiga la energía nuclear es ahora más fácil que nunca. La experiencia está demostrando a golpes lo duro que resulta la dependencia energética. Así que si Europa quiere ser independiente y soberana energéticamente, debe apostar por la energía nuclear, casualmente francesa. Este es el gran objetivo político-empresarial de Sarkozy y en el que va a centrar todos sus esfuerzos de presidencia europea. Y por cierto, será el momento en el que Zapatero abandone su tontuna antinuclear.

La segunda derivada del conflicto de Georgia es Washington, visiblemente molesta porque Europa haya abandonado a Georgia por un plato de lentejas. Ahora no se quiere ‘interferencias transatlánticas', pero el debilitamiento de las relaciones atlánticas siempre tiene un coste. Así que Estados Unidos gira: su aliado en Europa ya no será Alemania -sometida a la dictadura rusa- sino Polonia, un país que conoce demasiado bien lo que es formar parte de la órbita soviética. Un giro de enorme trascendencia geopolítica. Mientras tanto Rusia se rearma y Europa se hace la cobardona.