El propietario de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán ha vuelto a asegurar en la mañana del viernes que no dimite como presidente de la patronal CEOE a pesar del desastre Air Comet, el último de los desastres del grupo. Recordemos que ha sido reelegido recientemente y que el diálogo social se encuentra ligeramente estancado.
Ahora ha surgido otro candidato, Carlos Espinosa de los Monteros, hombre próximo a la Zarzuela y que aspiraba a ser presidente de Inditex en sustitución de Amancio Ortega.
El ex presidente de Mercedes España cuenta ya con 70 años pero obedece al perfil que se pretende: un empresario que no esté en activo, que lo ha estado o que viva de las rentas. Vamos, que nadie le pueda sacar los colores por la pésima situación de su grupo empresario.
Recordemos que la clave es la misma. Si Ferrán no dimite y convoca elecciones, su sucesor debe salir de alguno de los 21 vicepresidentes actuales. Ahí no están ni Espinosa ni Pizarro. La testarudez de Ferrán puede poner en peligro el diálogo social, pero al Gobierno Zapatero le encanta un patrón débil.
Mientras, el andaluz Santiago Herrero, que ahora cuenta con más apoyo que un año atrás, ha recibido el abrazo del oso del presidente socialista andaluz, José Antonio Griñán, quien le considera el candidato idóneo. Tras esa puñalada-ditirambo, su opción ha perdido muchos enteros.
En cualquier caso, vivimos otro espectáculo de apegamiento al poder en la patronal española. Tras el caso de Miguel Blesa en Caja Madrid, el de Díaz Ferrán en CEOE. El Gobierno Zapatero está feliz.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com