Tras el éxito conseguido el pasado año por Ray (la biografía del músico Ray Charles que le proporcionó a Jamie Foxx un merecido Oscar al mejor actor) volvemos a encontrar en la cartelera otro biopic recordando a otra figura de la música norteamericana: el cantante Johnny Cash, todo un pionero de futuras estrellas del rock, punk, country, folk y rap estadounidense.
En la cuerda floja es correcta pero muy convencional en su desarrollo y, al igual que la película Ray, narra una historia de bajada a los infiernos y de redención. En este caso la salvación de Cash vino de la mano de la también cantante June Carter.
A través de un largo flash back asistimos a un hecho trágico en la vida de Cash que le marcaría para siempre: la muerte accidental de su hermano mayor, cuando John sólo era un niño, y el continuo sentimiento de culpa que arrastró, durante parte de su juventud y madurez, propiciado por las duras recriminaciones de su progenitor, un hombre adusto y cruel. Tampoco sale bien parada en este relato la primera esposa de Cash, a la que presentan como una mujer demasiado simple y a la que no disculpan que nunca entendiera del todo al desgarrado músico (lo cierto es que él mismo estaba bastante perdido en sus primeros pasos profesionales).
Aunque suene algo tópico (dado que hablamos de una película musical), lo mejor de En la cuerda floja es la excelente banda sonora (resulta magnífica la recreación del concierto que Cash ofreció en
Una última apreciación, ustedes se preguntarán a qué hace alusión el título de la película, En la cuerda floja. Se trata de una recriminación con la que June Carter advirtió a Cash cuando éste, a medida que iba alcanzando éxito y fama, paralelamente iba cayendo en una profunda adicción a las drogas, más en concreto a las anfetaminas, que incluso le llevaron a su arresto en El Paso en el año 1965. Y, por supuesto, el título original de la película Walk the Line, es una de las canciones más populares de Cash
Para: Los que les gusten los biopic musicales