Con sus declaraciones, el Gobierno Zapatero certifica la operación al solicitar estabilidad y españolidad para el BBVA. Con su actitud, el Gobierno desautoriza al Banco de España. FG lanza la campaña de prensa con ruptura incluida del secreto bancario.
Batallas financieras ha habido muchas, pero, hasta ahora, al menos en España, no había ocurrido que una entidad de ahorro rompa el secreto bancario y filtre a un periódico las cuentas de un cliente. Mejor dicho, de dos: de la persona jurídica Sacyr y de su presidente, Luis del Rivero.
Son datos que sólo poseen prestamista y prestario, además de la central de riesgos del Banco de España. Sin embargo, se han filtrado, mal filtrados, al diario La Vanguardia.
Dice La Vanguardia que Sacyr debe 2.000 millones de euros al BBVA. La verdad es que deben 335 millones, un 4,4% de la deuda total del Grupo. Pero es que el banco había concedido a la constructora una línea de crédito de 480 millones, por lo que aún quedan 145 millones disponibles. Esto implica que no hay mora, es decir, que Sacyr paga sus cuotas en tiempo y forma y el BBVA hace un buen negocio. De paso, el diario afirma que así es como ha quebrado la banca en España, con accionistas deudores, pero no parece que esa cantidad, que no representa ni un 1% de los créditos del BBVA (sólo la entidad matriz, sólo en España), pueda hacer que el banco se resienta.
La segunda filtración hace relación a las cuentas particulares del propio Luis del Rivero, presidente de Sacyr. Según el diario, Del Rivero tiene una línea crediticia del BBVA por valor de 30 millones de euros. Aquí la cifra es cierta, sólo que ese crédito está pignorado con acciones del propio Sacyr (algo más de un 6%, siendo que Del Rivero posee el 12% del capital). Ni en uno ni en otro caso hay mora.
Pero no acaba ahí las relaciones entre Sacyr y el banco que preside Francisco González (FG). El 70% de los trabajadores de Sacyr tienen domiciliada su nómina con BBVA, al igual que otros productos. En otras palabras, BBVA tiene en Sacyr un espléndido cliente, pero sorprende que las cifras se hayan filtrado.
Al mismo tiempo, la batalla entre constructora y banco han dado un giro vertiginoso. Hasta ahora, era Miguel Sebastián, el secretario de Estado de Presidencia del Gobierno, asesor económico de Zapatero, quien había lanzado la operación, y su adversario Pedro Solbes, ministro de Economía, quien mantenía un distanciamiento adecuado, entre otras cosas porque Sebastián le puentea.
De ahí que las declaraciones realizadas a Antena 3 por el vicepresidente del Gobierno, durante la mañana del lunes 11, hayan llamado poderosamente la atención: Solbes dice que la entrada de capital español en un banco debe ser bienvenido (Sacyr es capital español), e insiste en que la referencia fundamental de ese capital debe ser española. Considerando que todo el Consejo del BBVA no alcanza ni el 0,05% del capital, y que Sacyr tiene opciones por un 3,1% del capital, la deducción parece lógica.
Pero lo más llamativo de las declaraciones del vicepresidente económico ha venido luego. El mandatario hace una llamada a la negociación, o al menos eso hay que deducir de sus palabras: Habría que intentar llegar a una función de compromiso que nos permitiera garantizar al máximo la estabilidad en la segunda entidad financiera. Es decir, a lo que siempre se ha negado Francisco González, quien ha comunicado a sus próximos que si se permite una entrada, aunque sea mínima, en el BBVA, ese será el comienzo del fin.
Ahora todo estriba en que FG o Luis del Rivero cojan el teléfono para intentar cumplir con el mandato de Solbes. Lo malo es que la utilización de los medios informativos por parte del BBVA ha enfadado mucho a la constructora. La guerra no ha hecho más que empezar. El miércoles 12, se reúne el Consejo de Sacyr, cuyas resoluciones probablemente hayan cambiado tras las sorprendentes declaraciones de Pedro Solbes.