El vicepresidente del Comité Nacional Electoral (CNE) venezolano, Ezequiel Zamora, considera que la auditoría de 150 mesas "carece de  sentido" porque se obviaron los requerimientos de la Coordinadora Democrática y no se realizó una auditoría voto por voto. Además, Zamora cree que los comprobantes del sufragio han sido manipulados. Por ello, Zamora pide que el CNE revise voto a voto como hizo con las firmas que solicitaban el referéndum revocatorio.

 

Las declaraciones del vicepresidente del CNE han caído como un jarro de agua fría en el Gobierno, que afronta las críticas opositoras a la transparencia del proceso. "El CNE se está auditando a sí mismo", señala la Coordinadora Democrática. Por su parte, el Cardenal Rosalio Castillo Lara abogó por disipar las dudas de la limpieza del referéndum mediante un sistema de revisión similar al utilizado por Chávez en la comprobación de las firmas petitorias del referéndum.

 

En este río revuelto, el partido Un Sólo Pueblo ha acudido al Tribunal Superior de Justicia para denunciar ante la Sala Electoral un presunto fraude. "Muchos países pueden ser víctimas de lo mismo", añaden. Mientras tanto, prosigue la sospecha de que el Gobierno hubiera establecido topes al "sí" en las máquinas contadoras. El gobernador de Bolívar, Antonio Rojas Suárez, afirma que se han detectado irregularidades en el 52% de las mesas auditadas del Estado Bolívar. En su opinión, el fraude electrónico afectó a 117 computadoras.

 

Las dudas sobre las máquinas no está gustando nada a la empresa contratista Smartmatic, que ha apostado por una revisión total. "Que se audite todo", señala su presidente Antonio Múgica. La sospecha no es nueva. Ya el pasado 24 de junio la senadora norteamericana Jennifer Mc Coy recomendaba la auditoría de las máquinas y las papeletas para que el resultado fuese "confiable". La Organización de Estados Americanos (OEA), sin embargo, considera que no es raro que haya resultados repetidos.

 

Y para echar más leña al fuego, la compañía norteamericana Penn Schoen & Berland Associates, que realizó encuestas a pie de urna, asegura que, según sus datos, el 59% de los votantes estaban a favor de la revocación. "Hay más problemas con la votación que con el sondeo". Desde el Gobierno se descalifica el resultado de la encuesta, ya que la empresa utilizó a miembros de la organización opositora Súmate para la realización del sondeo.

 

Venezuela ha quedado dividida en dos mitades. Por una parte, la izquierda, que recibe apoyos "solidarios" de todas las esquinas del planeta que critica la falta de realismo y de sentido democrático de la oposición. Por otra, una oposición que se encuentra aislada y prácticamente sin apoyos internacionales.