Sr. Director:

 

(Por su interés, publicamos el comunicado de APTA, el sindicato mayoritario en Aerolíneas Argentinas, sobre lo ocurrido en la Junta de Accionistas de la Compañía. Las cuentas de 2003 también han sido impugnadas por el Ejecutivo de Buenos Aires).

 

ASAMBLEA ORDINARIA Y EXTRAORDINARIA DE ACCIONISTAS DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS DEL 22 DE JUNIO DE 2004


EL GRUPO MARSANS NO LOGRÓ APROBAR NI SU CAPITALIZACIÓN NI SU GESTIÓN Y BALANCE 2003


Air Comet, perteneciente al grupo español Marsans, fracasó en la última Asamblea de Accionistas de AEROLÍNEAS ARGENTINAS, en su intento por capitalizar como aportes irrevocables propios dinero que no le pertenece -proveniente del desvío de fondos públicos españoles destinados para Aerolíneas Argentinas-, como así también, en la aprobación de su gestión y balance de 2003.


Sabiendo que el Estado argentino votaría en contra de ambas propuestas incluidas en los puntos 4 y 5 de la respectiva Orden del Día, la representación del Grupo Marsans solicitó recurriendo a formalismos técnicos, pasar a un Cuarto Intermedio antes de que se comenzaran a tratar y votar los puntos 4 y 5 mencionados. Evitó así sufrir una derrota histórica, que sería fatal y final para su conducción de nuestra Línea Aérea de Bandera, al sumar por segundo año consecutivo un rechazo por parte de nuestro Estado a su gestión empresarial.


El Grupo Marsans tendrá de ahora en más, 30 días para hacer lobby tanto ante nuestra Justicia para tratar que rechace la impugnación del Estado nacional al balance 2002 de Aerolíneas Argentinas y a su vez no suspenda la nueva asamblea para aprobar el balance de 2003; como dentro de nuestro mismo Estado en el Ministerio de Economía, controlador de la participación accionaria estatal mediante la Subsecretaría de Asuntos Financieros a cargo de Guillermo Zúcculo, intentando cooptarla para que cambie su voto desfavorable por uno complaciente con los intereses del Grupo Marsans, ya sea favorable o absteniéndose, como votó habitualmente nuestro Estado desde 1990 hasta el 2002, en un accionar absolutamente funcional a los propósitos de los dueños españoles de Aerolíneas.


El objetivo vehementemente perseguido por Marsans es lograr que Enrique Martinez Robles, actual presidente de la SEPI/Estado español designado por el flamante gobierno de Zapatero, le libere el último tramo de U$S 85 millones –correspondientes a los U$S 758 millones otorgados por dicho ente bajo la administración de Aznar para sanear financieramente y reflotar a nuestra aerolínea de Bandera-, a lo cual Martinez Robles con sano juicio se niega a hacer, hasta que Air Comet-Marsans no concluya con todos sus litigios de distinta índole en nuestro país, y no existan dudas ni cuestionamientos sobre la correcta utilización en Aerolíneas Argentinas de acuerdo a los compromisos de compra-venta del 2001, de los U$S 673 millones ya remitidos por SEPI/Estado español al Grupo Marsans. Metas éstas, que se están convirtiendo en una misión imposible para dicho Grupo, a la luz de la nueva acción judicial en su contra impulsada por el Estado argentino.


Sin la remesa de esos U$S 85 millones, que serían en su mayor parte el asalto final sobre los fondos públicos españoles por parte Marsans, los trabajadores de Aerolíneas Argentinas y Austral, los usuarios del 80% de nuestro transporte aerocomercial, y por sobre todo, las autoridades responsables de la actual administración de gobierno nacional -Presidente, Ministro de Economía y Ministro de Planeamiento-, deben ser conscientes que todas las señales de alerta máxima se encenderán para la supervivencia de nuestra Línea Aérea de Bandera, dado que la ampliamente deficitaria administración ejercida por Air Comet-Marsans –infructuosamente tratada de ocultar mediante su "contabilidad creativa"-, tiene sin esos nuevos ingresos de dinero externo extra, sus días contados. Se habrá iniciado para Aerolíneas Argentinas y Austral, su cuenta regresiva final bajo el control del Grupo Marsans.


Saludable sería para todos los argentinos, que nuestras autoridades gubernamentales quieran y sepan anticiparse a esa terrible crisis para evitarla, y no deban ir luego corriendo tras ella para solucionarla, magnificándola y agravándola tanto para trabajadores y usuarios, como para el propio Gobierno Nacional.

Buenos Aires, 2 de Julio de 2004.


Juan Pappalardo


Secretario Adjunto de APTA