Si una sociedad acepta una vez el chantaje del secuestrador lo tendrá que aceptar siempre
La mañana de lunes se ha visto sacudida por las noticias de agencia que llegan desde Afganistán. Los talibanes aseguran que se han roto las negociaciones y que comenzarán a ejecutar los 22 misioneros evangelistas surcoreanos que tienen en su poder. El sentimiento de rabia e impotencia es grande, porque el secuestro es más crudo anímicamente que el asesinato.
Ahora bien, el secuestro es un negocio sin salida. Ninguna sociedad puede aceptar, ni una sola vez, el chantaje del secuestrador, pues ceder una vez significa ceder siempre. El secuestro es un negocio sin salida.
¿Influencia económica? Ninguna. La gran novedad del siglo XXI en las bolsas es que los mercados se has insensibilizado frene a los avatares políticos. El 11-S fue la última vez en que un suceso terrorista influye en un mercado organizado… y apenas duró unos días. Desde entonces, estamos vacunados, y nadie sabe si esto es bueno o malo, si es buena causa o mala consecuencia, pero el caso es que al dinero le importa poco matanzas, secuestros, guerras o desastres, cada vez menos.