Es un monstruo el popular José Antonio Monago (en la imagen), presidente de Extremadura. Gobierna la comunidad autónoma extremeña con un compromiso histérico con Izquierda Unida, más que nada para fastidiar al PSOE.
El pensamiento de Monago, quizás por sus curiosas alianzas, es centrífugo. Por ejemplo, se muestra partidario del derecho al aborto porque a ninguna mujer se le puede obligar a ser madre. Con ello, por el mismo precio, obliga al hijo a no ser hijo.
Ahora se le ha ocurrido otra buenísima: devolver el 50% de los impuestos pagados a todas las empresas que se instalen en Extremadura. Aquellos gravámenes sobre los que tiene jurisdicción claro, que no son muchos.
Ahora bien, con no ser muchos, basta para que sirva como declaración de guerra con el resto de comunidades autónomas.
Miren ustedes, la unidad de mercado es una de las bases de un país. Si los impuestos no son iguales para todos los españoles estás jugando con trampa. Además, no puedes promover la creación de empresas con trucos fiscales. Ni a nivel regional ni en el plano estatal. Acuérdense de Irlanda.
Por otra parte, sin tan progre eres Monago, deberías lanzar medidas fiscales que beneficien a las familias, o a las empresas.
Entre el popular Monago y el socialista Rodríguez Ibarra, yo me quedo con el segundo, sin dudarlo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com