Es el mundo al revés. El liberal conservador Nicolás Sarkozy pide utilizar ingresos fiscales del petróleo para ayudar a las clases más desfavorecidos.

Su oponente, la socialista Ségolène Royal ha optado por la postura más liberal: para eso, ha venido a decir, reduzca usted los impuestos sobre los combustibles y en paz. El mundo al revés.

En cualquier caso, para aplicar su fin último, Sarkozy necesita que se reduzca el IVA sobre el petróleo en toda la Unión Europea, para que no haya dumping fiscal. Ya puestos, sería más lógico suprimir los impuestos especiales que gravan los carburantes.

Y es que en toda Europa hay sectores, como el agrario o el pesquero o los transportes, que están entrando en pérdidas, especialmente las pequeñas empresas, dados los precios del petróleo, la especulación de los intermediarios y, sobre todo, el chantaje a Occidente de la OPEP, formada por 11 dictaduras o semidictaduras.

No obstante, la propuesta es muy sarkoziniana: mucho ruido y pocas nueces. Porque la única respuesta de Occidente libre al chantaje de la OPEP  es la energía nuclear, que será la energía del transporte futuro, más barata y más ecológica. No hay que reducir el precio del petróleo, sino la cantidad de petróleo desperdiciada en hacer que un coche ande.

Eulogio López

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