Los progenitores enlazados a través de los esponsales y sus retoños están en mejor situación que las estirpes que han padecido un divorcio, las parejas de hecho y los hogares monoparentales.

 

Tienen mejor robustez, menos indigencia y tasas bajas de embriaguez y otras adicciones; los chavales presentan menores índices de frustración escolar y fechorías juveniles, menor repetición en las relaciones carnales precoces y embarazos no deseados; en sus casas hay menos violencia doméstica.

Estas son algunas de las importantes conclusiones de una investigación confeccionada por The Family Watch.

The Family Watch es una iniciativa de la International Federation for Family Development, que congrega instituciones ocupadas de la orientación familiar en más de 50 estados y tiene estatuto consultivo en el Comité Económico y Social de la ONU.

La familia estable y basada en los esponsales es la mejor fórmula para la armonía doméstica. Su rendimiento medio evidencia el que reciba una ayuda destacada en los presupuestos estatales.

El razonamiento clave para los planes socioeconómicos es la sostenibilidad. Apropiando este concepto, The Family Watch concreta la familia sostenible como la que mejor salvaguardar la tranquilidad de sus miembros sin dejar en la estacada a  la sociedad en general y el de las futuras generaciones. La unión matrimonial estable cumple esas estipulaciones.

Resultan convincentes los testimonios que demuestran los resultados de la estabilidad familiar. Por ejemplo, los índices más bajos de embriaguez y consumo de drogas entre los que componen los hogares estables son una descarga para los servicios sociales establecidos.

Un estudio británico, empleado por The Family Watch para procesar su indagación, estima cuánto importan a Inglaterra las rupturas conyugales: alrededor de unos 26.000 millones de euros al año.

Se trata, dice The Family Watch, de concentrarse en promover lo que funciona, que a la vez resulta, según las investigaciones, el ideal de la mayoría.

La sociedad no es sino el desarrollo de la familia; si el hombre sale corrompido de la familia, entrará corrompido en la sociedad, afirmó el político francés Jean-Baptiste Henri Lacordair.

Clemente Ferrer

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