El director general de Loterías y Apuestas del Estado, Gonzalo Fernández, ha hablado este miércoles del futuro y la situación actual de las apuestas en España. Y lo que está claro es que los pasos que se van a dar ya están avanzados, pero no se sabe bien cómo se va a llegar a ellos.
Aunque no ha ofrecido cifras en ningún momento, ni siquiera sobre cuánto va a ingresar el Estado por la privatización de un 30% de la entidad pública (cuando lo normal es que si vas a poner a la venta algo sepas más o menos cuanto vas a ingresar por ello, y eso no son especulaciones), según sus palabras, la empresa seguirá siendo pública, ya que el Estado se piensa reservar el 70% de la empresa, mientras que sólo el 30% se pondrá a disposición de posibles inversores.
Pero si bien es cierto que sólo se ofrece el 30% al sector privado, se ha establecido una norma para que en ningún caso se privatice el 49% (quién nos dice que en un futuro, ante la necesidad de dinero fácil no se acabe privatizando también). Además, el Estado no quiere socios industriales ni otros operadores, aunque ya se sabe que una vez en el mercado, será difícil que eso sea así. De esa manera se pretende que los ingresos por la privatización del 30% no sean pan para hoy y hambre para mañana, pero eso se puede dudar.
También ha hablado de la situación actual y de las pérdidas que tiene Loterías y Apuestas del Estado, principalmente La Quiniela, por el auge de las apuestas por Internet. La caída ronda el 7% y es debido a la alegalidad en que se encuentran las casas de apuestas online que hay presentes en nuestro país pero que están asentadas en otro. Simplemente no pagan impuestos y eso es lo que se pretende evitar desde el Gobierno. Por ello está previsto un anteproyecto de ley que regule el marco de apuestas, de manera que todos los operadores tengan las mismas condiciones.
El Gobierno pretende cobrar un impuesto del 20% de la facturación total a las casas de apuestas, y éstas tratan de huir de las garras de Hacienda. Lo habitual en Europa es que se perciba un 15%, por lo que las empresas de juego no lo ven muy claro (sobre todo ahora que no tributan nada, excepto el impuesto de sociedades). Siempre quedará la excusa por parte del Gobierno de que las tragaperras pagan mucho más.
Lo que está claro es que si la ley sale adelante, cambiará el panorama de apuestas, y algunos de los que van a sufrir van a ser los equipos de fútbol: Real Madrid, Sevilla o Espanyol tienen como principales patrocinadores a empresas de apuestas. Y se tendrán que ajustar a la ley. A ver cómo acaba.
Juan María Piñero
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